DETONANTES PELIGROSOS…
CHILE. (Población 20 millones de habitantes).- En octubre del 2019, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, (populista de derecha), decidió subir el precio del pasaje del Metro en 30 pesos –por aquello de incrementar la recaudación–, llegando a un máximo de 830 pesos (17 pesos mexicanos) que fue el detonante requerido para que lo tumbaran del poder.
El mandatario quiso hacer para atrás la medida, pero fue muy tarde. Los estudiantes iniciaron movimientos de protesta violentos que rápidamente se expandieron y la represión del ejército arrojó una treintena de muertos. Creció la inconformidad y se sumaron tantos que manifestaciones de hasta millón y medio de chilenos hicieron que el ejecutivo huyera del país dos meses después.
Gabriel Boric fue nombrado presidente y quiso cambiar la constitución para hacerla al tipo del socialismo populista pero los chilenos lo rechazaron y cambió su estilo de gobierno. Es quien le ha dicho a Nicolás Maduro que se deje de cosas.
Bangladesh. (Población, 172 millones de habitantes).- El pasado primero de julio inició un movimiento estudiantil universitario de protesta, levantaron barricadas que bloquearon carreteras y vías férreas cuyo detonante fue exigir la reforma del sistema de cuotas que reservaba hasta el 30% de los empleos públicos a integrantes del partido Awami en el poder. La presidenta socialista populista ordenó retractar esa disposición, pero fue tarde.
Para el día quince, la presidenta Sheikh Hasina inició una represión que arrojó más de 300 muertos, así como el cierre de universidades y la cancelación del internet. Los protestantes quemaron edificios públicos, hicieron una gran revuelta violenta.
Se lanzó al ejército, pero la multitud enardecida tomó las calles durante la segunda quincena de julio hasta lograr que restablecieran el internet lo cual fue la victoria que alentó para que el pasado domingo cuatro de agosto miles saquearan Palacio Nacional. La dictadora escapó en helicóptero. No se sabe dónde está, pero se designó un presidente interino.
Lo interesante de los ejemplos de Chile y Bangladesh es que tumbaron a sus presidentes sin líderes al frente y se presentó la incorporación del amplio espectro social. Los estallidos surgieron en base al descontento acumulado por el alto costo de la vida, bajas pensiones, precios elevados, pobreza insultante y la falta de productos y servicios (sobre todo de salud), que debía otorgar el Estado. Por ello el hartazgo explotó.
Venezuela. (Población, 28 millones de habitantes).- El 28 de julio fueron las elecciones en las que perdió Nicolás Maduro. Quiere sostenerse en el poder utilizando la represión (van casi medio centenar de muertos y más de dos mil encarcelados) y la violencia de los opositores apenas suman estatuas de Chávez derrumbadas y carros quemados.
Maduro en sus represiones ordenó desconectar el internet vía watsap (que por cierto, ya le dijeron los de Anonymous que lo repararían), y trae unos pataleos impresionantes contra todos. Aunque los síntomas son similares a los dos países mencionados, en este caso el fraude electoral no ha sido suficiente, de momento, para impulsar al extremo la inconformidad aun y cuando la tendencia indique que para allá va.
La oposición sigue con sus manifestaciones públicas y mediáticas, pero, además de tomar las calles, ha paralizado la actividad al emplear una estrategia de brazos caídos. Hay problemas de energía eléctrica, servicios de agua potable, escuelas abandonadas. Es una carrera de resistencia que apenas ha llegado a diez días.
Lo peligroso de esto es que el detonante quizá lo sea el asesinato (o muerte disfrazada) de los líderes opositores –sobre todo de Corina Machado–, quienes en vía de mientras ya cuentan con órdenes de aprehensión. El otro puede ser la falta de comida que no encontrarán ni en la basura.
México. (Población 130 millones de habitantes). – Hay un detonante en ciernes alejado de Claudia Sheinbaum quien este jueves será ungida por la autoridad como presidenta de México. Ya hay indicadores que establecen un fuerte tronido futuro como el hecho de que una vez aprobado por el legislativo la modificación al poder judicial, sus integrantes, organizados en asociaciones, ya dijeron que al día siguiente se irán a un paro de labores indefinido.
Se paralizará la justicia en el país. ¿Cuánto tiempo?, esa es la incógnita. ¿Se imagina el descontento? Basta con que los empleados no hagan su trabajo para detener todo el proceso judicial.
La Marea Rosa prepara una de varias protestas. La primera este once de agosto en contra de la sobre representación del legislativo y también tienen vista una a favor del poder judicial y en contra de las reformas. Son más las posibilidades de que no ocurran hechos violentos severos. No se puede de momento clarificar un detonante, pero si la siembra de uno o varios cuyo mensaje será la molestia constante contra la 4T y con mensaje directo a la nueva presidenta. Eso si puede presentarse.
Los liderazgos siguen utilizando el camino de la ley como recurso de protesta, como Xóchitl Gálvez pidiendo la demanda ciudadana que es visto como poco viable que funcione, pero cuidado, el pueblo descontento, como masa, también tiene un limite en su aguante y se expresa sin liderazgos al frente (para lo que se requiere un cerillo) y puede ocurrir que las vallas que rodean a Palacio Nacional sean insuficientes para detener el coraje reprimido.
Si esto ocurre, lo veremos pronto.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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