El Zancudo/Arturo Soto Munguía

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DURAZO, UN CUADRO TRANSEXENAL EN MORENA

Alguna señal debe mandar el hecho de que previo al Congreso Nacional Extraordinario de Morena donde se renovó su dirigencia, el único que fue ratificado en su encargo hasta 2027 fue Alfonso Durazo Montaño, como presidente del Consejo Político Nacional.

Fue también significativo que haya sido el propio Durazo el comisionado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para llevar a los consejeros reunidos el pasado domingo, su mensaje de despedida.

Como se sabe, el relevo de Mario Delgado en la presidencia del partido es Luisa María Alcalde, una mujer de lealtad obradorista a toda prueba, proveniente de una familia cercanísima al presidente; Citlalli Hernández deja la secretaría General porque en breve se incorporará como titular de la Secretaría de la Mujer en el gabinete de Sheinbaum, y su lugar en el partido lo ocupará Carolina Rangel.

Pero sin duda el nombramiento que más ha motivado comentarios es el de Andrés Manuel López Beltrán, el hijo del presidente que el domingo protestó como secretario de Organización, un cargo cien por ciento operativo, lo que le permitirá recorrer el país durante los próximos años afinando las estructuras electorales del partido. No es casual que muchos ya lo ubiquen, adelantadísimamente, como el ‘tapado’ para la presidencial de 2030.

En esta etapa de transición, el presidente ha movido sus piezas y no solo deja a gente muy cercana en el gabinete de Claudia Sheinbaum; también en el partido; tanto Luisa María Alcalde como López Beltrán tendrán sin duda línea directa con López Obrador, cuya ‘jubilación’ muchos miran con escepticismo y creen que un liderazgo tan fuerte como el suyo seguirá operando en los próximos años.

La ratificación de Alfonso Durazo en la presidencia del CPN cobra así especial relevancia, porque lo ubica como un cuadro transexenal al que se le reconoce efectividad en las tareas encomendadas, que por cierto no fueron menores: por su escritorio pasaron todos los asuntos relacionados con el pasado proceso electoral, incluyendo desde luego los avatares de la elección interna, que no estuvo exenta de rispideces.

Todos recordamos aquel desencuentro que tuvieron Sheinbaum y Durazo cuando esta fue increpada por un grupo de Marcelistas antes de iniciar un Congreso Nacional de Morena en junio del año pasado.

Atemperar los ánimos de los precandidatos, cabildear, pactar, negociar fueron tareas en las que el gobernador de Sonora tuvo una importante participación y al final, el proceso salió adelante sin mayores fisuras, y en los términos acorados en aquella reunión nocturna en el restaurante El Mayor, del zócalo capitalino entre AMLO y los aspirantes.

Evidentemente la presidenta electa y Durazo Montaño han limado asperezas y seguramente los veremos trabajando de manera muy cercana rumbo a los próximos procesos electorales, a los que Morena llega bastante fortalecido, y con un camino despejado en el que la oposición no ha podido recuperarse.

Con todo, esa ruta no será tan sencilla. En el horizonte aparecen varios temas que tendrán que sacar adelante, comenzando por la implementación de la reforma judicial; la próxima reforma electoral, la energética y la que tiene que ver con los organismos autónomos, entre otras.

En un contexto donde la oposición luce debilitada, parece claro que los principales debates se darán más hacia el interior del partido, y es allí donde Durazo ha probado capacidad para sacar el trabajo con institucionalidad. Por algo fue reelecto en el cargo hasta 2027, año en el que por cierto, dejará la gubernatura de Sonora.

II

La que debe andar brincando en un pie del puro gusto es la alcaldesa de Guaymas, Karla Córdova González a quien le sonó como música en los oídos la reunión que sostuvo ayer el gobernador Alfonso Durazo con el almirante José Rafael Ojeda, aún titular de la Secretaría de Marina y con quien será su sucesor en el próximo gobierno, el almirante Raymundo Pedro Morales.

Y es que el principal tema en ese encuentro de alto nivel fueron las acciones que están en proceso y las que faltan por ejecutarse en el puerto de Guaymas en torno al Plan Sonora de Energías Sostenibles.

La continuidad de esas obras, según trascendió, está garantizada, como ya lo había advertido la presidenta electa Claudia Sheinbaum y con ello Sonora se consolidará como la puerta logística del noroeste de México, entrada y salida a los mercados nacionales e internacionales, particularmente a los de la Cuenca del Pacífico.

Actualmente se trabaja en 13 obras estratégicas para la modernización del puerto, en las que se han destinado casi 3 mil 500 millones de pesos y entre las cuales destacan la modernización de la carretera Guaymas-Chihuahua, la rehabilitación del muelle de usos múltiples, el almacén frigorífico, nuevas vías ferroviarias; la rehabilitación del patio de áreas de almacenaje y la rehabilitación de la avenida Serdán y plaza de los Tres Presidentes.

III

¿Qué pasará por la mente de aquellos servidores públicos que, frente a hechos violentos cada vez menos aislados y más frecuentes buscan desestimarlos y en el peor de los casos, apuntan sus críticas y señalamientos hacia los medios de comunicación, a los que acusan de ‘magnificarlos’ y hasta sugieren un interés político en su contra?

Detrás de estos señalamientos suelen esconderse tentaciones autoritarias y censoras, pues tal parece que frente esos hechos, como los ocurridos el domingo pasado en Ciudad Obregón cuando se suscitaron enfrentamientos armados, tiroteos y persecuciones, su deseo sería que todo mundo se replegara, que los medios -y los colegas que se andan rifando el físico en la cobertura noticiosa- callaran como momias.

El problema es que estos episodios nos rebasan a todos. Nadie puede prever que un domingo por la mañana, al salir de casa para realizar sus actividades cotidianas, se van a topar de manos a boca con un convoy de sicarios echando bala en la vía pública. No fueron solo los medios los que documentaron los momentos de terror que vivió la ciudad; en estos tiempos en que cualquiera trae en sus manos un teléfono celular, fueron los mismos ciudadanos tirados pecho a tierra y buscando refugio debajo de los carros o detrás de unos árboles quienes subieron a las redes sociales las escalofriantes imágenes de los tiroteos.

Esta vez fue el alcalde de Cajeme, Javier Lamarque Cano quien sugirió que son los medios los que magnifican los hechos, pero no es el único que lo ha hecho. Esa línea discursiva ha sido por muchos años, e independientemente del partido que gobierne, un recurso facilón para salir del atolladero en que este tipo de episodios suelen meter a todos.

Pero bien vistas las cosas, la situación en Cajeme se ha tornado de nueva cuenta peligrosa, después de un periodo de relativa calma. Las propias autoridades han informado de la presencia de un nuevo grupo criminal que llegó para disputar la plaza, en un contexto particularmente grave, derivado del reacomodo de esas bandas a raíz de la fragmentación del Cártel de Sinaloa que produjo la nunca bien aclarada captura de El Mayo Zambada.

Negar la realidad, omitirla, no la elimina.

 

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