Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

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Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

 

BAJO EL TOPE SALARIAL A LA ALTA BUROCRACIA

Uno de los temas más controversiales que trajo el arribo de la izquierda al poder en México, es el relativo a los topes salariales para los funcionarios públicos, los cuales deberán ser menores a los que recibe el primer mandatario.

El párrafo segundo del artículo 127 constitucional señala: “Ningún servidor público podrá recibir remuneración, en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el presidente de la República en el presupuesto correspondiente”.

En el pasado sexenio fueron ajustados en estos términos los sueldos de servidores públicos al servicio de las dependencias del ejecutivo de los tres órdenes de gobierno y de los legisladores, pero no así los de funcionarios del poder judicial y de los organismos independientes, los cuales se negaron a ajustar las percepciones de gran cantidad de los titulares, colaboradores inmediatos, sus pares y una buena cantidad de asistentes. Todo ello generó constantes críticas y señalamientos por parte del ejecutivo federal.

Diversos estudios y análisis tanto de organismos nacionales como extranjeros siempre han concluido en que la desigualdad en México es una de las mayores del mundo. Así mismo, es ampliamente conocido que más de 40 millones de compatriotas se ubican dentro de los límites de la pobreza y tal vez una cantidad similar sobreviva con enormes carencias producto de la precariedad de sus ingresos.

Entonces, en un país de tanta desigualdad y con tantísima población en pobreza o con ingresos muy precarios, el que existiera una numerosa élite privilegiada que percibe del erario emolumentos que por su cuantía resultan hasta insultantes, volvía inaplazable ajustar los pagos a servidores públicos a parámetros acordes a nuestra lacerante realidad. Se optó en consecuencia ponerles como tope lo que perciba el o la primera mandataria.

Al iniciar el sexenio de López Obrador, se le fijó un salario neto de 108 mil 656 pesos mensuales, muy inferior a quienes le precedieron.

Entre los expresidentes, quien tuvo un mayor sueldo, fue Enrique Peña Nieto, quien al frente de la presidencia de la república percibió un sueldo de 207 mil 591 pesos durante sus seis años de gobierno.

En segundo lugar, estaría el exmandatario responsable de la ‘guerra contra el narco, Felipe Calderón, quien en su último año ganó 204 mil 93 pesos al mes, es decir, ganaba lo equivalente a 112 salarios mínimos de ese tiempo.

Vicente Fox en su último año al frente de la Presidencia, ganó 167 mil 255 pesos, equivalente a 118 sueldos mínimos,

En el último año de su mandato, el salario que percibía AMLO como presidente, fue de 184,468 pesos (equivalente a 25 salarios mínimos), lo que equivalía a un ingreso neto estimado de 128,205 pesos, tras las deducciones correspondientes.

Actualmente, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024, la presidenta recibe un salario mensual bruto de 186,093 pesos, antes de impuestos y deducciones, por lo que hay que restarle 56,662 pesos de impuesto sobre la renta retenido y de deducciones personales, por lo que el número final es de 129,432 pesos.

Las cantidades anteriores palidecen ante los ingresos por salario y prestaciones que reciben los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que superan los 600 mil pesos mensuales en promedio y los de muchos funcionarios y consejeros de organismos independientes, cuyos ingresos oscilan en varios cientos de miles de pesos cada mes.

Sin embargo, partiendo de lo que dice el dicho, ‘ni tan, tan, ni muy, muy’, aunque los pagos anteriores son verdaderamente abusivos en un país con tantas carencias, si analizamos el entorno de lo que se paga a altos ejecutivos en la iniciativa privada, el pago a nuestra actual presidenta es realmente bajo, lo cual no es problema si ella misma lo acepta de buen grado, pero si se convierte en problema para una gran cantidad de quienes participarán en las altas posiciones de su gobierno y que no podrán tener ingresos superiores a los de ella.

El CEO de una compañía con facturaciones menores a 50 millones de dólares anuales, tiene un sueldo en México de entre 235,000 y 300,000 pesos al mes, según Page Executive. Mientras que aquellas organizaciones que ingresan entre 50 y 150 mdd pagan de 290,000 a 400,000 pesos mensuales a sus directivos.

En tanto, las empresas más grandes (aquellas que facturan entre 150 y 250 millones de dólares al año) dan a sus CEO sueldos que van de los 400,000 a los 570,000 pesos al mes.

Que ningún servidor público reciba ingresos mayores al titular del ejecutivo es una buena medida, indudablemente. Pero también sus ingresos deben estar más en concordancia con los mercados laborales, para poder tener altos funcionarios de excelencia y, además, inhibir posibles actos de corrupción o tráfico de influencias.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: felicianoespriella@gmail.com