LOS GALLOS TAMBIÉN LLORAN
Y sufren, agregaría. Parafraseo un muy popular telechurro que puso en las pantallas de TV hace ya varias décadas Televisa, titulada “Los ricos también lloran”, a propósito de un tema verdaderamente candente en Sonora, y sobre el cuál, pasándose por debajo del arco toda la verborrea y consideraciones expuestas en su oportunidad, parece que de golpe y porrazo las echaron al olvido y se cedió ante las presiones de carácter económico.
Me refiero al tema de las “peleas de gallos” inserto en la “Ley de Protección y Bienestar Animal” aprobada por el Congreso del Estado de Sonora el pasado 12 de septiembre, la cual prohíbe las actividades que involucren crueldad hacia los animales, como peleas de gallos, corridas de toros y peleas de perros.
Sin embargo, cediendo a la presión sobre todo de organizaciones de galleros, al parecer tácitamente se está dando marcha atrás en lo referente a las peleas de gallos. El día de ayer en su columna, el compañero y amigo Luis Fernando Oropeza, publicó en su gustada columna “Para los de a pie”, lo siguiente:
“Hubo acuerdos en las mesas de negociación instaladas entre Diputados y grupos de galleros organizados. Se acordó establecer un período de transición de tres años para la entrada en vigor de las disposiciones que regulan su actividad, para que en este periodo de tiempo busquen dedicarse a otra actividad”.
Pues parece ser que da lo mismo que los gallos en Sonora sufran unos añitos más, o indefinidamente, porque dudo mucho que de aquí a tres años vayan a dejar un negocio de tan pingües dividendos quienes actualmente lo explotan.
En tres años las circunstancias van a ser totalmente distintas. Con las reformas electorales que se avecinan, ninguno de los diputados y diputadas que aprobaron la Ley estarán ya en el Congreso local para defenderla, la administración estatal será distinta, así como al cabildo y habrá que esperar a ver quienes quedan con verdadero interés en la protección y amparo de seres que si bien, no son racionales, tampoco son inmunes al sufrimiento y son inmisericordemente masacrados para entretenimiento y deleite de seres supuestamente racionales.
El pasado lunes 14, David Figueroa Ortega, promotor en el congreso local de la referida Ley, nos acompañó en la reunión del grupo Mesa Kiosco Mayor, en la que abundamos sobre los temas relativos a la mencionada Ley y, entre otras cuestiones, nos compartió algunos argumentos referentes en apoyo a la prohibición de las peleas de gallos.
“Lo que se pretende con esta Ley, nos dijo, es “buscar des cosificar a los animales, los animales no son cosa y eso es muy importante, no porque yo lo diga, sino por la esencia del tema.
“Mucha gente todavía piensa que los animales son una cosa, que son un objeto. No, no son un objeto, son seres vivientes, son seres sintientes; entendiendo esa lógica es como tenemos que buscar cómo normar una sana convivencia, manteniendo desde luego nuestras tradiciones, nuestra cultura… lo que nos da identidad como estado”.
El de las peleas de gallos es un tema con mucha controversia, comentó el diputado. “… ustedes saben que muchos países hoy ya están prohibidas, creo que en Estados Unidos ya en los 50 estados están prohibidas. Ha sido gradual esto un poco atendiendo a la no crueldad animal y es controversial por lo siguiente, porque ya incluso hay manifestación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno al tema de las peleas de gallos. Es un tema controversial y que hay que estar abiertos a seguir”, comentó.
Desde la aprobación de esta Ley, ha recibido múltiples rechazos, en especial por asociaciones de ganaderos en relación al tema de las cabalgatas y, lógicamente de las organizaciones de galleros.
Incluso, el día de ayer realizaron una manifestación a la que calificaron como ‘magna’ , aunque la participación fue en realidad bastante modesta. Recorrieron los bulevares. Kino, Rodríguez y la calle Rosales hasta llegar al edificio del congreso.
Desconozco qué pretendan al seguir con las protestas, pero por lo pronto, el combate a la crueldad animal pasó a un segundo plano frente a las razones de índole monetario. Es de sobra conocido que la principal razón por las cuales las peleas de gallos han sido tan prolíferas, es el dinero que mueven. A pesar de su crueldad inherente y del carácter clandestino en el que se montan muchísimas de ellas, las peleas de gallos son una industria millonaria. La “industria” gallera no se reduce simplemente a las apuestas, aunque estas motivan el resto de la maquinaria corporativa.
Las peleas de gallos implican una red de criadores y entrenadores, además de arenas de pelea y una industria de servicio. Esto sin contar el aspecto clandestino en las regiones en donde es ilegal, pues en estos casos la corrupción abunda. Nada más en países como Puerto Rico las peleas de gallos mueven alrededor de 100 millones de euros al año.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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