CUANDO DESPERTAMOS, AHÍ SEGUÍAN LOS CORRUPTOS
EN ALGÚN MOMENTO… de su mandato, el expresidente Andrés Manuel López Obrador dijo que la corrupción se barría desde arriba de las escaleras hacía abajo; ahora sabemos que el Macuspano era un pésimo barredor.
El gobierno que se identifica como la Cuarta Trasformación, de pronto fue un nido de corrupción y quienes estaban cerca del presidente medraban con los recursos públicos, defraudaban al estado, cometían peculado, se amafiaban y tejían una red de complicidades criminales que es imposible pensar que López Obrador ignorara todo lo que hacía.
Al paso del gobierno de Claudia Sheinbaum, empiezan a estallar los escándalos, unos más graves que otros, pero todos dejando evidencia de que los niveles de corrupción estaban en las mismas entrañas de Palacio Nacional.
Los nombres que ahora aparecen ligados a actividades criminales no son los de burócratas de quinta o sexta categoría, se trata de personajes que se ubican en la burocracia dorada, esa que toma decisiones, que tiene poder y que puede mandar a sabiendas de que serán obedecidos.
Vea usted el nivel de infiltración de los corruptos:
Alfonso Romo era el jefe de la Oficina de la presidencia desde diciembre de 2018 a diciembre de 2020, pero al mismo tiempo su empresa financiera, Casa de Bolsa Véctor, era una de las instituciones bancarias que lavaban dinero para los cárteles de las drogas y esto solamente detonó cuando el gobierno de Estados Unidos la enlistó con otras dos empresas más que se dedicaban a lo mismo.
Adán Augusto López, era el secretario de gobernación, pero al mismo tiempo tenía en Tabasco a Hernán Bermúdez Requena como secretario de Seguridad Pública y este personaje era el líder de un grupo criminal al que se denomina “La Barredora” y que se convirtió en una extensión del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El nombre de Adán Augusto López aparece en los informes de la Sedena, filtrados a través de “Guacamaya Leaks” como uno de los políticos que tenían empresas dedicadas al huachicol fiscal y aunque esto se sabía desde antes de que llegara a la Secretaría de Gobernación, no fue impedimento para que López Obrador le diera el segundo cargo más importante después del de presidente de la República.
Mario Delgado, actual secretario de Educación y dirigente de Morena en el periodo de 2018 a 2024, es uno de los políticos cuyo nombre aparece cuando se cita el caso de Sergio Carmona, “El Rey del Huachicol”, un empresario asesinado en San Pedro Garza García, Nuevo León, quien dejó testimonios donde documenta la entrega de 60 millones de pesos a Mario Delgado que serían para financiar campañas a la gubernatura en Sinaloa, Nayarit, Campeche, Baja California y Tamaulipas.
El caso más reciente es el de Rafael Ojeda, secretario de Marina Armada de México, quien habría promocionado a sus sobrinos políticos, los guaymenses Manuel Roberto Farías Laguna y Fernando Farías Laguna en ascensos meteóricos y luego les dio responsabilidades al interior de la Secretaría y en la vigilancia de las aduanas.
El caso ha sido documentado, ambos hermanos Farías Laguna tejieron toda una red de complicidades para permitir la entrada de huachicol fiscal a través de las aduanas portuarias de México, con pingües ganancias para ambos y para todos los que participaron en el ilícito.
Ahora dicen que Rafael Ojeda fue quien denunció la situación, pero eso solamente intenta contener el escándalo en los niveles actuales y evitar que salpique más arriba, pero es imposible pensar que el entonces secretario de la Marina Armada de México ignoraba lo que hacían sus sobrinos y otros elementos a su cargo.
En la historia reciente de México no existe un antecedente que ubique a cuatro personajes tan cercanos a un presidente de la República en actos que no son solamente corrupción, también implican delincuencia organizada, defraudación fiscal y asesinatos.
Pero todavía hay quienes aseguran que López Obrador, el mismo que dijo que todas las tranzas tienen el visto bueno del presidente, no sabía nada.
SALPICA A TODOS LADOS… En medio del escándalo nacional, de pronto aparecen personajes locales ligados a los hermanos Farías Laguna; Alfonso Durazo Chávez, hijo del gobernador; Fernando Rojo de la Vega, titular de la secretaría del Bienestar y David Fernando Soto Alday, secretario del Trabajo, ellos serían socios en algunas empresas dedicadas a los bienes raíces de los dos elementos de la Marina acusados de traficar con huachicol fiscal.
Si bien los tres personajes señalados no cometieron delito alguno y solamente tienen responsabilidad por hacer negocios o formar empresas con personajes que de pronto pasaron a ser detenidos o prófugos de la justicia, eso no implica que no puedan estar en el escrutinio público por esa relación.
Lo que sí llama la atención es que los dos funcionarios del gobierno de Alfonso Durazo: Rojo de la Vega y Soto Alday sean más conocidos por los escándalos en los que se ven envueltos que por la calidad del trabajo que realizan.
Ni Fernando Rojo de la Vega, ni David Fernando Soto Alday se han distinguido por el trabajo que realizan en sus respectivas dependencias, pero sí han sido figuras claves en otro escándalo donde también aparece Alfonso Durazo Chávez.
De estos tres personajes, el caso más relevante es el de Fernando Rojo de la Vega, porque más allá de ser un integrante del gabinete de Alfonso Durazo, también fue el coordinador de la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum en Sonora y dado el contexto actual, no es muy dignificante para la imagen presidencial que de pronto este personaje esté metido en escándalos o vinculado con presuntos criminales.
LA CORRUPCIÓN EN CECOP… Y mientras a nivel nacional el huachicol fiscal, las mafias dentro de la Marina Armada de México y en la Dirección de Aduanas dan forma a una narrativa donde la corrupción es el centro de la discusión, en Sonora finalmente se deciden a perseguir a los funcionarios corruptos que cometieron peculado por más de 106 millones de pesos en el Concejo Estatal de Concertación para la Obra Pública (CECOP).
Resulta que quien fuera director de Contabilidad y Administración de CECOP, Juan Alán Araujo Ahumada realizó trasferencias millonarias a Andrea Fernanda “N”, con ese dinero ella compró una casa en un sector de alta plusvalía de Hermosillo y pagó los gastos de la boda de ambos, en marzo de 2025 realizada en el exclusivo Club de Golf “Los Lagos”, en total fueron 106 millones de pesos que sirvieron para ambos vivieran momentáneamente una vida de potentados.
Pero el caso se descubrió y mientras Andrea Fernanda “N” fue detenida y acusada de peculado y enriquecimiento ilícito, su esposo Juan Alán Araujo Ahumada decidió huir y se encuentra prófugo de la justicia.
El caso detonó por varios reportes de prensa que daban cuenta de un rumor a voces donde se hablaba de dicho fraude; pero al igual que a nivel nacional, en lo local también decidieron proteger al titular de CECOP, David Mendoza y en lugar de investigar si tiene relación con los delitos cometidos se optó por quitarlo del puesto y dejarlo “solamente” como el Presidente del Consejo Político de Morena.
Aquí también parece que el hilo se rompió por lo más delgado y aunque los 106 millones de pesos no aparecen y no todos se gastaron en la casa o en la boda, para el gobierno de Sonora lo mejor solamente fue “castigar” al titular de CECOP quitándole el cargo, pero dejándolo en Morena.