ACCIONES QUE INSPIRAN: GABRIELA FÉLIX Y NORBERTO BARRAZA, EJEMPLO DE SERVICIO PÚBLICO
Mientras algunos legisladores limitan su papel a levantar la mano, otros como Gabriela Félix y Norberto Barraza están cambiando vidas: ella, con su iniciativa para erradicar la mendicidad infantil; él, con un torneo deportivo que fomenta salud, convivencia y esperanza desde edades tempranas.
Todavía abundan, en todos los congresos del país —y Sonora no es la excepción—, diputadas y diputados cuya participación legislativa se reduce a levantar la mano en las votaciones y a presentarse de vez en cuando en las sesiones del pleno. Sin embargo, cada vez hay más representantes que entienden que la política no solo se ejerce desde el escritorio o la tribuna, sino en contacto directo con la gente, impulsando acciones con verdadero contenido social.
Dos ejemplos recientes de ese compromiso son Gabriela Danitza Félix Bojórquez y Norberto Barraza Almazán, legisladores sonorenses que, desde trincheras distintas, promueven iniciativas que buscan transformar vidas, fortalecer el tejido social y devolver esperanza a quienes más lo necesitan.
La erradicación de la mendicidad infantil: cambiar el destino desde la raíz
La diputada Gabriela Félix impulsa una iniciativa para erradicar la mendicidad infantil, enfocada en atender el origen del problema y no solo sus síntomas. No se trata de endurecer sanciones ni de improvisar programas asistenciales, sino de establecer un mecanismo institucional que coordine a las dependencias encargadas de investigar las causas que llevan a niñas y niños a pedir dinero o vender en las calles.
El planteamiento es claro: cuando un menor es rescatado, debe iniciarse un proceso que incluya revisar su entorno familiar, determinar si hay abandono o trata, ofrecer apoyo a los padres si carecen de empleo y, sobre todo, garantizar el regreso del niño o la niña a la escuela.
El corazón de esta iniciativa es el seguimiento continuo durante al menos diez años, para asegurar que las familias realmente superen la situación de vulnerabilidad. Gabriela Félix enfatiza que, sin este acompañamiento, las buenas intenciones se diluyen y el ciclo de pobreza se repite.
Más que un proyecto asistencial, se trata de una política pública de largo plazo, focalizada en los menores que más lo requieren, para que el origen no determine su destino. En otras palabras, que un niño nacido en pobreza o en riesgo de trata pueda tener un futuro distinto gracias a la acción del Estado y la empatía social.
El torneo deportivo: sembrar valores y descubrir talentos
Por su parte, el diputado Norberto Barraza Almazán promueve el Torneo Municipal de los Deportes, un ambicioso proyecto impulsado por el Congreso del Estado que busca fomentar la práctica deportiva desde edades tempranas, con la participación activa de legisladores y comunidades locales. > Archivo Confidencial: El torneo, completamente gratuito, incluye fútbol de salón y voleibol femenil en distintas categorías, con competencias por distrito y una gran final municipal en diciembre. Cada equipo ganador recibirá premios económicos, uniformes y el reconocimiento público, pero el objetivo principal va más allá del trofeo.
Norberto Barraza plantea el deporte como una herramienta de transformación social. Al ofrecer una alternativa sana y formativa, se motiva a la juventud a desarrollar disciplina, autoestima y sentido de comunidad. Además, al eliminar los costos de inscripción y arbitraje, se abren oportunidades para niñas, niños y jóvenes de colonias y comunidades rurales que normalmente quedan fuera de este tipo de eventos.
El torneo es también una oportunidad para descubrir talentos que, con acompañamiento y apoyo, pueden encontrar en el deporte un camino profesional o un estilo de vida saludable.
Política con propósito
En tiempos en que la ciudadanía desconfía de la política y los congresos suelen ser blanco de críticas, ejemplos como los de Gabriela Félix y Norberto Barraza recuerdan que la función pública puede tener rostro humano y propósito social.
Ambos proyectos —uno centrado en la niñez y el otro en la juventud— coinciden en un mismo espíritu: atender las raíces de los problemas, no solo sus síntomas. La erradicación de la mendicidad infantil y la promoción del deporte no son simples iniciativas, sino apuestas por una sociedad más justa, más sana y más esperanzada.

