Durante el rezo del Ángelus, este domingo 10 de septiembre, el Papa Francisco habló de la corrección fraterna y aseguró que los chismes son una plaga en la vida.
“Lo primero que se suele crear en torno a quién se equivoca son habladurías, en las que todos se enteran del error, con todos los detalles, ¡menos la persona afectada! Esto no está bien y no agrada a Dios.
No me canso de repetir que los chismes son una plaga en la vida de las personas y de las comunidades, porque traen división, sufrimiento y escándalo, y nunca ayudan a mejorar y a crecer”.
El Papa recordó a San Bernardo de Claraval que decía: “la curiosidad estéril y las palabras superficiales son los primeros peldaños de la escalera de la soberbia, que no conduce hacia lo alto, sino hacia abajo, precipitando al hombre a la perdición y la ruina”.
Además, Francisco animó a las personas a preguntarse si esto es suficiente y si no lo es, deben buscar ayuda.
“Pero, ¡cuidado! ¡No la del grupito que chismea! Seamos claros: no se trata de poner a la persona en la picota, de avergonzarla públicamente, sino de unir los esfuerzos de todos para ayudarla a cambiar.
Señalar con el dedo a las personas no es bueno, de hecho, a menudo hace más difícil que quien se ha equivocado reconozca su propio error.
Más bien, la comunidad debe hacerle sentir a él o a ella que, al tiempo que condena el error, le está cerca con la oración y el afecto, siempre dispuesta a ofrecer el perdón y a empezar de nuevo”.
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