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Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

 

A DÓNDE VAMOS A PARAR?

INTERROGANTE… Con esta cabeza no me refiero a la popular canción que compuso e interpreta Marco Antonio Solís, “El Buki”. No, esta interrogante refleja la frustración y el desencanto que muchos sentimos ante la situación actual de la sociedad. A dónde vamos a parar si no somos capaces de cambiar nuestra lacerante realidad y buscar soluciones reales y efectivas.

Estamos ante una grave crisis social y moral que afecta a nuestra juventud, que se ve atrapada por las adicciones y la falta de proyectos de vida. Estamos ante una sociedad que no ofrece referentes positivos ni valores sólidos a quienes deberían ser el futuro de nuestro país.

Estamos ante un desafío que nos interpela a todos: ¿cómo podemos ayudar a nuestros jóvenes a recuperar la esperanza y la ilusión por el futuro? ¿cómo podemos ofrecerles alternativas sanas y constructivas que los alejen del vicio y la autodestrucción?

¿A dónde vamos a parar si los referentes de nuestra juventud son la representación misma de la degradación que les queremos evitar?

El pasado sábado, en el estadio Fernando Valenzuela el cantante hermosillense Óscar Armando Díaz De León Huez, más conocido como Carín León, hizo pública su adicción a las drogas y al iniciar una de sus interpretaciones incitó a los asistentes (entre los que abundaban niños y menores de edad) al consumo de cocaína. El cantante y adicto dijo: “Con esta rola se me antoja echarme un perico. Como buen Hermosillense. A quien no le guste es su problema, no el mío. Arriba la música mexicana, arriba la loquera, arriba la borrachera. Se me antoja echarme un bote y un perico drive thru”.

Sin embargo, para mí lo peor no es el hecho de que un adicto celebre y festine públicamente su adicción. No es el primero y seguramente no será el último que lo haga. Lo que realmente me llama la atención y preocupa, es la tibieza de las reacciones que suscitó tan deleznable acción.

Es verdad que fue muy criticado y señalado acremente en redes sociales. Algunos comunicadores le hicieron reproches y lo exhibieron en sus espacios.

El secretario de Gobierno, Adolfo Salazar Razo comentó en entrevista que es reprobable ese tipo de expresiones, sobre todo porque alientan a los jóvenes y demás personas a adentrarse a un mundo negativo, que además de las adicciones, puede culminar con la muerte.

José Luis Garibaldi Zamora, director general de Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud de Sonora, explicó los riesgos por la declaración de Carín León en Hermosillo. En ese sentido, dijo que lo dicho por el cantante de música regional podría aumentar el consumo de cocaína hasta 5 veces entre los jóvenes:

Y eso fue todo ¿Dónde están los y las dirigentes de colectivos y grupos de la sociedad civil que se dicen protectores de la juventud? ¿Y los ministros de culto? ¿Y la jerarquía católica que tan ocupada anda últimamente para meterse de lleno en el proceso electoral? ¿No podrían cuando menos pedir que no se le den permisos para presentaciones futuras a este patán?

Porque para el susodicho es lo más normal del mundo. Con todo cinismo fijó su posición al respecto después de terminado el evento. Dijo:

“Nosotros no somos ejemplo, somos músicos y vivimos de lo que hacemos, nos gusta la música. No nos comparen ni nos quieran hacer ejemplo.

“La neta con esta rola se me antoja irme al baño y echarme un perico, para que les voy a decir que no, si sí, como buen hermosillense, ¡Derecho y al que no le guste es su problema no el mío, arriba la música mexicana, arriba la loquera, arriba la borrachera compas!”

Y al parecer tampoco a los hermosillenses nos molestó el que a todos nos llevó a su submundo de enajenación cuando dijo: como buen hermosillense.