EL ZANCUDO
Por Arturo Soto Munguía
Pero claro que la gestión del gobernador Alfonso Durazo con la CFE tiene un alto grado de contención política.
¿Se imaginan llegar al primer domingo de junio de 2024 con la sensación de que el primer recibo del verano nos va a traer a todos con un pañoletón amarrado en la cabeza, a la usanza de las abuelas que usaban esa técnica cuando las mortificaciones las agobiaban al grado de provocar terribles cefaleas?
Desde luego que no se resta ningún mérito al gobernador, sobre todo si se considera que el acuerdo fue con la paraestatal que atinadamente dirige (*aplausos de pie*) Manuel Bartlett, y que suele ser implacable a la hora de las cobranzas, los cortes de servicio y las multas por reconexiones artesanales.
Al contrario, tiene mucho mérito toda vez que viene a resolver una demanda de más de 15 años para que la CFE amplíe el rango de consumo amparado por el subsidio a las tarifas eléctricas, un tema que siempre ha estado presente pero que este verano escaló a niveles dramáticos, pues todo el consumo que excedió el rango subsidiado se facturó a tarifa normal y eso disparó los costos hasta volverlos en algunos casos impagables.
Para ilustrarlo con manzanas: en el caso de este poco refrigerado tundeteclas, el periodo julio-septiembre del año pasado pagué mil 840 pesos. En este año llegó un cobro de 2 mil 400, lo que significa que no me excedí mucho en el consumo a pesar de los calores. Pero a mí me fue bien. Conozco casos en que los consumos se duplicaron, triplicaron o fueron más allá.
¿Cuál fue el acuerdo alcanzado entre el gobierno estatal y la CFE?
En resumidas cuentas, que el próximo año el consumo amparado por el subsidio en el rango de cero a 300 kilowatt/hora, se extienda hasta mil 200 Kwh, mientras que el rango intermedio superior pasa de mil 200 Kwh a 2 mil 500 Kwh. En el primer caso la tarifa se mantiene igual; en el segundo se reduce de 2.21 pesos a 0.91 pesos.
Para no enredarnos mucho: lo que sucederá es que el subsidio, que este año fue de 590 millones de pesos para Sonora, pasará a mil 200 millones (poco más del doble). Esto, mencionó el gobernador, no habría sido posible sin el apoyo del presidente de la República. Y esto fue en alusión a una propuesta que se manejó en estos días para que el gobierno del estado absorbiera el monto de los cobros por tarifas no subsidiadas, lo cual calificó de imposible.
Lo que sí puede hacer el gobierno estatal es apoyar con un 25% del consumo en aquellos municipios donde el invierno es más crudo y obliga a utilizar aparatos de calefacción activados con energía eléctrica. Este apoyo se aplicaría directamente en los recibos de diciembre, enero y febrero.
En otra parte del acuerdo, se estableció que no habrá cortes de energía por falta de pago, pero los usuarios deberán negociar los pagos prorrateados directamente con la paraestatal.
También se está negociando una ampliación del periodo en el que se aplica el subsidio, aunque no se ha determinado si será en los días previos (abril) o finales (noviembre).
II
Incrementar cobros, precios, tarifas y servicios nunca ha sido un factor de popularidad para ningún gobierno, mucho menos en vísperas electorales, al contrario.
Por eso se movió rápido el gobernador, aunque nada pudo hacer para que la CFE nos aplicara la ‘Bartlettinha’ y nos dejara, a unos más a otros menos, con la sensación de que nos habían asaltado frescamente, aunque parezca un contrasentido en medio del ardiente verano sonorense.
El ramalazo probablemente le cueste algunos votos, pero en el control de daños evitaron que la historia se repitiera el próximo verano.
Todos los gobernantes en cualquiera de los tres niveles saben que las medidas impopulares, esas que en el viejo régimen pretendían validarse con el siniestro argumento de que se trataba de una medicina amarga pero necesaria, terminan minando la popularidad de cualquier gobierno.
Como Durazo en Sonora, en Hermosillo Antonio Astiazarán también lo sabe. Por eso presentó ayer en cabildo una propuesta para que los valores catastrales se mantengan igual que en el presente año, lo que significa que no habrá incremento en el impuesto predial.
Extrañamente, los y las regidoras de Morena se abstuvieron a la hora de votar y el acuerdo fue aprobado por mayoría, aunque uno supondría que una propuesta así debería recibir el apoyo unánime, pero vaya usted a saber por qué los morenistas decidieron abstenerse.
Lo que sí votaron a favor para alcanzar la unanimidad, fue en la propuesta de dar de baja contable cuatro vehículos, tres de ellos por robo y uno siniestrado.
Les cuento brevemente que el 10 de junio del año antepasado se denunció el robo de tres unidades recolectoras de basura que se encontraban en los talleres. Una misteriosa grúa los remolcó por los ignotos caminos del ‘anda vete’ y hasta la fecha no se ha vuelto a saber de ellos.
Al entrar la actual administración se presentó la denuncia ante el Ministerio Público, pero los sabuesos de la fiscalía estatal no han podido dar con ellos, lo cual es comprensible porque cualquiera esconde tres camiones recolectores de basura en el cuartito de los trebejos y así nadie los halla.
El caso es que en este punto los regidores de Morena sí votaron para darlos de baja contable y se guarde el expediente. En fin.
III
Ayer le comentaba que uno de los más grandes retos que tiene el nuevo dirigente estatal de Morena, Heriberto Aguilar será el atemperar los ánimos desbocados del tropel de personajes que van a disputarse todas las candidaturas de su partido que estarán en juego el año entrante.
Pues bien, ya comenzaron los jaloneos y no de manera amable.
Pero el espacio se acaba, así que mejor mañana les cuento completo el caso de lo que ocurre en Caborca, que supongo, no es el único municipio donde se están dando con todo.
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