Por Rafael Croda/Foto: AP
BOGOTÁ (apro).- La experta en seguridad y política de drogas, Estefanía Ciro, afirma que la llegada del operativo militar “antidrogas” del presidente estadunidense, Donald Trump frente a costas mexicanas del Pacífico es un hecho “gravísimo” que apunta “a consolidar una intervención de Estados Unidos en Venezuela, Colombia y México”.
La doctora en sociología de la UNAM dice a Proceso que no le cabe la menor duda de que la ofensiva de Trump contra embarcaciones que supuestamente transportan drogas en el Caribe venezolano y en el Pacífico ecuatorial es una “intervención ya en marcha” y ya se extendió a México, como la misma presidenta Claudia Sheinbaum lo reconoció ayer miércoles.
Lo que está en duda es cuántos de los seis ataques ocurridos en el Pacífico hasta el miércoles 29 de octubre han ocurrido frente a costas mexicanas y cuántos en el Pacífico ecuatorial, frente al litoral colombiano. Además, aeronaves del Pentágono han destruido ocho embarcaciones en el Caribe, en inmediaciones de aguas venezolanas.
Esta ofensiva ha dejado, hasta ayer, 61 muertos entre los cuales hay venezolanos, colombianos y, probablemente, ecuatorianos y mexicanos. Esto último es algo que el gobierno de Sheinbaum intenta averiguar con Washington.
El pasado lunes, al menos uno de los tres ataques que se produjeron ese día contra lanchas supuestamente cargadas con drogas ocurrió en un punto marítimo ubicado 830 kilómetros al suroeste de Acapulco, según las coordenadas que dio la Guardia Costera de Estados Unidos a la Armada de México para auxiliar a un sobreviviente.
Sheinbaum dijo que, aunque esa operación fue en aguas internacionales, “fue en la ubicación en latitud y longitud de nuestro país”.
Por primera vez, la presidenta condenó esos ataques que realiza desde septiembre pasado la administración Trump contra embarcaciones que según el mandatario transportan drogas cerca de Venezuela, de Colombia y, ahora, de México.
“Nosotros no estamos de acuerdo con estas intervenciones”, aseguró en la conferencia mañanera del miércoles.
La académica Estefanía Ciro, quien ha estudiado el vínculo entre la lucha antidrogas y la geopolítica hemisférica, coincide con Sheinbaum en que México, Colombia y Venezuela están, efectivamente, ante “intervenciones” militares de Washington que van a escalar en su intensidad y teatro de operaciones.
Los ataques marítimos, señala, “son un primer paso para una intervención militar, territorial”, en la que puede haber operaciones quirúrgicas contra posiciones de cárteles de la droga en México, Colombia y Venezuela.
En el caso de Venezuela, asegura, “es inevitable” una operación destinada a sacar del poder al chavista Nicolás Maduro, mientras que en México y en Colombia las acciones militares podrían estar orientadas a propiciar una negociación.
Trump, afirma Ciro, no tiene una posición prohibicionista frente a las drogas ni su fin último es atacar a los cárteles, sino lograr posiciones de ventaja en la renegociación del T-MEC, en poner barreras a la presencia de China en la región, en prohibir los autos chinos y las plantas chinas en México, y en atacar la migración hacia Estados Unidos.
“Antes que nada –plantea– Trump es un negociador y lo que está haciendo es poner a todo el mundo a administrarle esa intervención a través de imponer una política antidrogas en los términos que él quiere, de poner a más policías mexicanos a detener la migración y de hace que todo mundo haga lo que él diga”.
“Sheinbaum y Petro, de alguna manera, son administradores de esa intervención, Trump los está poniendo en ese lugar, porque los dos están respondiendo con la política antidrogas punitiva que quiere Washington”.
Para Ciro, autora de una amplia obra sobre los efectos del fenómeno de las drogas en las sociedades latinoamericanas, el objetivo de Trump es geopolítico y tiene más que ver con el petróleo venezolano, con el alineamiento de México a la concepción de seguridad nacional del gobierno de Estados Unidos y con levantar un muro a China en la región.
Dice que Trump usa los bombardeos ilegales contras supuestas “narcolanchas” en el Caribe y en el Pacífico “para reordenar América Latina a su medida”.
Lo que habrá que ver, señala la socióloga, economista e historiadora, es hasta qué punto los gobernantes de izquierda latinoamericanos “se van a volver administradores de esta invasión” que, además, tiene un fuerte trasfondo político e ideológico porque es evidente que, detrás del mandatario, está “la ultraderecha republicana de Miami y de Estados Unidos”.
Ciro recuerda que desde el secretario de Estado, Marco Rubio, hasta los congresistas de la Florida Carlos Giménez, Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar y el senador colombo-americano Bernie Moreno, son viejos enemigos de la izquierda latinoamericana y críticos de la 4T, de Maduro, de los regímenes totalitarios de Cuba y Nicaragua y del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
“Esto no es solo una agenda de Trump, sino una agenda de la derecha latinoamericana y estadunidense que tiene como objetivo romper el bloque más fuerte de la izquierda latinoamericana”, asegura.
Esto tiene réditos políticos para los republicanos de ultraderecha de apellidos latinos y para Trump, quien busca subordinar a Latinoamérica “con la doctrina Trump, que el regreso a ‘América para los americanos’, pero con una variable que es ‘América para Trump’”, plantea la académica colombiana radicada en México.
Ciro prevé que, en la medida en que Trump no logre sus objetivos, “podemos llegar a ver ataques militares unilaterales en México y en Colombia” que Washington presentará como operativos contra los cárteles de las drogas”. Y ella cree que en Venezuela es “inevitable” que los haya.
TOMADO DE PROCESO.COM.MX

