CIUDAD DE MÉXICO (apro).-A una semana dell asesinato del sacerdote indígena Marcelo Pérez Pérez, ocurrido el domingo 20 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, la Iglesia condenó el hecho y aseguró que la “comunidad cristiana enfrenta actos de violencia solo por manifestar su fe, y son vistos como incómodos por su lucha en pro de un mundo mejor”.
En su editorial Desde la Fe, la representación eclésiástica mexicana lanzó una serie de cuestionamientos por la ola de violencia que se vive en el país:
“¿Cuántos más como el padre Marcelo tendrán que sacrificar su vida por buscar la verdad, la justicia y predicar el Evangelio?, ¿cuántas madres buscadoras, cuántos defensores de migrantes, cuántos luchadores sociales más?
¿Cuántos más? Si cada vez que un sacerdote se alza por la verdad, arriesga su vida, y más si lo hace en una comunidad vulnerada por el crimen organizado.
¿Cuántos sacerdotes y ciudadanos más deben ser asesinados para que se escuche su grito exigiendo justicia y paz?”, se lee.
Marcelo Pérez, de 50 años y quien contaba con medidas de protección cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), fue ejecutado luego de oficiar una misa en el barrio Cuxtitali de la ciudad turistica de San Cristóbal de las Casas.
Originario de la etnia maya tsotsil, el sacerdote había recibido amenazas presuntamente de grupos armados y la violencia que sacude a Chiapas, escenario de una cruenta lucha entre grupos del crimen organizado, dedicados también a la extorsión y el tráfico de personas migrantes.
TOMADO DE PROCESO.COM.MX