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De Primera Mano/Francisco Javier Ruiz Quirrín

 

“SE PUEDE GANAR LA CAMPAÑA, PERO PERDER LA ELECCIÓN”

AL PRESIDENTE… López Obrador lo vemos optimista cuando el tema es el proceso electoral. No tiene la menor duda de que su candidata presidencial ganará la elección. Y está muy seguro por una razón: Parafraseando al béisbol, es el dueño del equipo de casa, del estadio, de los bates y de las pelotas.

En una elección de Estado, el mandatario en turno tiene todo para lograr el control absoluto: La estructura de gobierno, 23 gobernadoras y gobernadores, los programas asistenciales, el dinero para comprar votos, dinero para contratar y pagar a los representantes del partido en el poder en las miles de casillas instaladas a lo largo y ancho del país e incluso al árbitro electoral (INE).

Siguiendo con la metáfora del béisbol, la desventaja del dueño del estadio, del equipo, de los bates y de las pelotas, es que no controla a todo el público que asiste a disfrutar el juego y no puede hacer de cada jugador, un robot. Es decir, está imposibilitado para asegurar un resultado en el marcador final.

En la elección de Estado, el gobierno tiene capacidad de movilizar a todos aquellos grupos de ciudadanos que están ligados a la estructura oficial. En estos tiempos de la “cuarta transformación”, López Obrador está seguro de poder movilizar, cuando menos, a 20 millones de personas, todas ellas beneficiarias de los programas asistenciales.

Pero al Presidente y toda su estructura se le puede venir el mundo encima, siempre y cuando se le salga de control la movilización popular el día de la elección.

Es decir, está históricamente comprobado que si se logra una participación mayor al 60 por ciento del total de electores, la elección de Estado peligra, por la sencilla razón de que a mayor votación, aumentan los votos a favor de la oposición al partido oficial.

Luego entonces, la alianza opositora a MORENA (“Fuerza y Corazón por México”), si desea ganar la elección tiene dos enormes retos:

El primero, generar tal sentimiento popular, que el domingo 2 de junio motive a millones de opositores al régimen –no controlados por el gobierno- a asistir a las urnas y emitir su voto. Si la afluencia de votantes alcanza los sesenta millones, la elección presidencial se cerrará. Como es impensable la posibilidad de que el Presidente admita una derrota, deberá darse un resultado tan contundente a favor de la oposición que tenga como efecto inmediato amarrar las manos de López Obrador.

El segundo reto es igual o más difícil: Defender el voto. El gobierno tiene la estructura y el dinero para contratar a todos los representantes de casilla –propietario y suplente-, así como sustentar la posibilidad de comprar a los mismos representantes de los partidos opositores.

En la elección del 2021, Sonora fue un botón de muestra: El día de la elección, en Hermosillo y Cajeme, a mitad de la jornada los representantes del PAN y del PRI dejaron las manos libres a MORENA en muchas casillas. Hubo resultados donde la oposición tuvo cero votos.

Luego entonces, viene la pregunta: ¿Tendrá capacidad el PAN, el PRI y el PRD para convocar a la sociedad y tener una respuesta positiva que permita establecer la estrategia para la defensa del voto?

El 2 de junio se dará una jornada desde las siete de la mañana hasta la madrugada del día siguiente para cerrar la elección, contar los votos, elaborar el acta, firmarla y hacerla llegar al organismo electoral. Un descuido o una ausencia en dicho proceso, es altamente riesgoso. ¿Por qué? porque será una elección de Estado.

Tan simple como eso. Luego entonces, habrá qué anotar con mucha seriedad, la siguiente reflexión: “Se puede ganar la campaña, pero perder la elección”. El gobierno de la “4-T” quiere ganar la elección.

LA ÚLTIMA… oportunidad que tiene la oposición a MORENA de buscar ser más que competitiva, la tendrá el próximo domingo 19 de este mayo… Por un lado, será el día de la manifestación promovida por una sociedad civil que evidentemente quiere la derrota del Presidente López Obrador y de sus huestes… No dudamos que una vez más, la convocatoria moverá a miles o quizá a millones, tanto en la ciudad de México como en cincuenta ciudades más de la república mexicana… Le han llamado “La marea rosa”..

Y en una especie de hacer a un lado la hipocresía, las y los candidatos de la coalición “Fuerza y Corazón por México” asistirán a estas manifestaciones, “abriéndose de capa” bajo la justificación de que caminan junto a la sociedad civil…En la capital del país, los oradores estelares serán la candidata opositora a la Presidencia y Santiago Taboada… Luego, por la anoche, el tercer y último debate presidencial, donde la batalla de todas las batallas la ofrecerán Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum…

Se ha dicho que un debate no cambia el sentido de los votos y tienen razón… Se está hablando de quienes ya decidieron su voto y no lo cambiarán… Pero hay un sector que podría resultar decisivo, el de los llamados “switchers”, aquellos que con seguridad irán a votar pero que no han definido su preferencia y quienes simpatizan con López Obrador pero no le darían su voto… Luego entonces, nadie sabe lo que sucederá en este tercer y determinante debate…

REVELADORA… la información publicada por Carlos Loret, al señalar a personajes sonorenses ligados a los contactos directos de los hijos del Presidente López Obrador (sobre todo a “Andy” López Beltrán) para hacer negocios con los medicamentos, adjudicándose contratos multimillonarios… Por lo pronto, se han filtrado los nombres de Roberto Dagnino y de Conrado Xibillé Bustamante…

El primero de ellos, en efecto, cuñado del exgobernador Guillermo Padrés Elías y para quien el tráfico de influencias no es secreto alguno, ya que en el sexenio 2009-2015 fue el encargado de recabar fondos “para las campañas” del “padresismo” a través de la obra pública… Pero no es la primera vez que se hace mención de los hijos de Andrés Manuel López Obrador en Sonora… En Puerto Peñasco, ante la presencia de “Grupo Vidanta” (conglomerado de hoteles, centros turísticos y desarrollo de bienes raíces) y su creador, Daniel Chávez Morán, lograron enorme influencia en la construcción de la planta solar más grande de América Latina en aquel balneario, porque participaron con la aportación del terreno donde se lleva a cabo la obra…

El hecho es que José Ramón López Beltrán (el hijo mayor de AMLO, con residencia en Texas) trabaja para Chávez Morán y se habla de su cercanía en Sonora, evidentemente por un interés económico… También existen versiones de que por lo menos uno de los hijos del Presidente, ha sido atendido por el alcalde de Caborca, Abraham “El Cubano” Mier, de tal manera que eso lo ha hecho poderoso hasta en sus pretensiones de reelegirse en el cargo, por encima de un interés original de MORENA de cambiar de candidato.