ESTAS LÍNEAS
Por Agustín Rodríguez
GUAYMAS, Son. – Cuando leo o escucho sobre Carlos Armando Biebrich Torres, se relaciona con la masacre de San Ignacio Río Muerto y la muerte de 7 campesinos luchando por su tierra, o su caída del Gobierno estatal que precedió a su exilio en España para evitar la prisión que la venganza de Luis Echeverría auguraba.
Biebrich fue el caso típico del ejercicio del poder omnímodo de los presidentes del pasado, pero nunca pudo borrar el reconocimiento de quienes le conocieron, a su capacidad política y mejor aún, a su ejercicio como representante y formado profesional.
Este domingo fue distinto. El PRI ya no le regateó reconocimiento y el presidente estatal Rogelio Díaz Brown, lo recordó durante la inauguración de la “Memoria documental y biográfica de Carlos Armando Biebrich”, como “un político de honra que aportó mucho en el desarrollo del partido”.
El precoz político nacido en Sahuaripa en 1939, a los 15 años ya estudiaba licenciatura en Derecho en la Universidad de Sonora y egresó como uno de los mejores estudiantes de su generación. Más tarde se convirtió en un reconocido maestro de Derecho Constitucional de la UNAM.
Aplaudo a Sara Thomson, dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, por promover este evento que reunió a la familia del exgobernador para recordar momentos a su lado. Desde José (Pepín), su hermano, hasta Martha, su hija, o Carlos Armando, su nieto.
Carlos recordó a su querido abuelo así: “uno de los mejores constitucionalistas de México quien, aunque nació en un pueblo de apenas 200 habitantes en los años 30’s, con carencias y poco acceso a la educación, se esforzó para salir adelante y estudiar, acción que no dejó de hacer hasta sus últimos días, en enero de 2021, cuando falleció”.
ASI FUE BIEBRICH
Se inició como priísta a los 21 años como dirigente juvenil; aún tenía esa edad cuando Faustino Félix Serna, al convertirse en alcalde de Cajeme, lo nombró Secretario del Ayuntamiento.
Abro paréntesis, porque me emociona recordar a personajes de la época que llegan al corazón de varios guaymenses:
Carlos Armando trabajaba hasta tarde y, al no disponer de automóvil, era común verlo en la motocicleta del subjefe de Tránsito, Ramón Diarte Hernández, quien ofrecía llevarlo a casa, o a veces a lugares donde era invitado. Por ejemplo, al hogar de José Romano Félix y Lupita Terrazas.
Pepe Romano era regidor, luego alcalde en funciones y sabía del gusto de Biebrich por la deliciosa cena preparada por su esposa, a base de Kibbe frito, típico plato libanés.
El caballeroso subcomandante Diarte, formador de muchos oficiales policiacos, radicó en Guaymas como mando y luego titular policiaco; su hija, nuestra recordada Irasema, formó aquí su familia al lado de Jorge Luis Fernández, ejecutivo y estratega operativo del sector avícola de Sonora y amigo cercano de Biebrich, conocedor profundo, además, del biebrichismo, con quien es una delicia navegar entre las corrientes de la historia política del último medio siglo.
En cuanto a don José Romano y Lupita, también decidieron establecerse en Guaymas con varios comercios que apoyaron la economía regional, dejando una familia ejemplar y muchos amigos como herencia.
Sigo con Biebrich: fue secretario particular de gobierno, 2 veces diputado federal, subsecretario de Gobernación a los 31 años y, a los 33, previa modificación constitucional, gobernador de Sonora.
El amor y reconocimiento de Carlos, su nieto, ve en eso su esfuerzo por el estudio, por aprender y, “es mucho orgullo decirlo, salió adelante; y para mí esa es una brújula, decir, no hay que conformarse con lo que tenemos, hay que ir por más”.
Su entrañable amigo y compañero de luchas, Gilberto Gutiérrez Quiroz, destacó el cambio en la constitución para permitir que un joven asumiera la gubernatura del estado. Vivió, dice nostálgico y orgulloso, la época de un Carlos Armando “congruente, fuerte y valiente consigo mismo, a quien le tocó enfrentar una intriga que, lamentablemente, llegó a creerse”, por eso tomó distancia.
Se refería, por supuesto, a su choque político con el presidente, que le costó la gubernatura a dos años de haberla asumido, para dejarla en manos del senador Alejando Carrillo Marcor.
“A Carlos Armando, siempre lo admiré por su aprecio hacia el valor de la amistad”, resalta don Gilberto.
Biebrich debió abandonar el país y establecerse en Madrid. Lejos de la amargura propia de la defenestración política en su contra, concluyó una maestría en la Universidad Complutense, consolidando su formación como constitucionalista, por eso don Gilberto observó que, hoy, “Sonora necesita más jóvenes como él”.
Cuántas cosas pueden decirse del personaje, del evento con sus amigos recordando anécdotas, familiares emocionados con el reconocimiento y dirigentes de sectores y organizaciones del partido, así como destacados priistas coincidiendo en la valía de ese rico antecedente político y de vida dejado por un sonorense distinguido quien, por cierto, también fue uno de los jefes que tuvo Alfonso Durazo en los principios de su ahora ya larga y rica carrera como servidor público.
Biebrich se fue hace casi 2 años. En enero se cumplirán. Y lo hizo con el romanticismo propio del amor auténtico a quien fue su compañera, doña Socorro Gándara, cuya vida reclamó el Covid 19.
No pasaron muchos días cuando supimos la noticia: Carlos Armando también cedió al embate del virus que fustigó al planeta y fue allá, donde ya lo esperaba aquella con quien convivió en este mundo y ahora lo hacen en la eternidad.
REDISEÑAN ACUERDOS
Recordar a don José Romano me llevó a ver una fotografía de un grupo de operadores priístas rodeando al reconocido constructor y ciudadano de bien, muy popular por su bonhomía, Jesús Saldaña.
Preguntando aquí y allá, me dicen que trataban el rediseño de la participación política de 2024.
Y allí estaba Pedro Romano Terrazas, ingeniero civil y consejero inmobiliario para quienes buscan invertir en el desarrollo regional impulsando tareas afines al empleo y la derrama económica.
Síntesis: cobra fuerza la ruta que haría de Saldaña candidato a la alcaldía de Guaymas propuesto por el PRD, para dejar al PAN proponer diputado local –el regidor Jesús Olmedo es el más sólido aspirante–, y el tricolor Romano Terrazas sería candidato a diputado federal por el 04 Distrito.
Buena terna. Pero es solo una de las que brotan en esta negociación en marcha de un frente ávido de figuras como las mencionadas, si es que quiere ganar en las urnas y no dejarle todo el pastel a un morenismo que parece imbatible.