NO LE AYUDAN A LA PRESIDENTA
Mucho zócalo lleno, mucha arenga contra la derecha conservadora que quiere recuperar privilegios, mucho nacionalismo revolucionario ‘recargado’, mucho espadazo flamígero contra el intervencionismo yanqui que toma como pretexto el combate al narco (del que sin duda es causa y efecto) para justificar sus ansias colonialistas, pero los afanes del gobierno mexicano para detener la embestida norteña palidecen cuando se descubre durmiendo con el enemigo.
El secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch informó de la detención del número dos en la nomenklatura del grupo criminal conocido como ‘Los Cabrera’, un tipo al que apodan “El Limones” y que no es precisamente la personificación de la santidad y la bonhomía.
Edgard “N” es el presunto jefe de plaza de Los Cabrrera, grupo criminal alineado al cártel de Sinaloa y operador financiero de millonarias transacciones derivadas de la extorsión, lavado de dinero, fraudes, compra de inmuebles, vehículos de lujo, joyas, relojes y juegos de apuestas, entre otras ‘amenidades’.
Y hasta allí todo muy bien, porque golpes a las estructuras criminales que operan en el país -en este caso particular, en la región del llamado ‘Triángulo Dorado’ geolocalizado entre Chihuahua, Durango y Sinaloa-; el problema se complica cuando le ‘corren la serie’ a este presunto criminal de alto perfil, y resulta que es un activo importante del neocorporativismo sindical progubernamental encarnado en la CATEM, esa organización que encabeza el diputado federal de Morena, Pedro Haces, acaso la representación más fiel del sindicalismo charro que abrió una brecha insalvable entre la precariedad obrera y la opulencia obscena de sus dirigentes.
Pedro Haces Barba es una verdadera piedra en la zapatilla de la presidenta Claudia Sheinbaum y en ese sector de la izquierda que la acompaña en la construcción del segundo piso de la cuarta transformación, porque sintetiza y representa todos aquellos vicios que el movimiento de regeneración nacional juró combatir: la corrupción, el derroche y los excesos; el lujo y el despilfarro, los alardes de abundancia que contrastan la narrativa de la austeridad republicana y la honestidad valiente, pero sobre todo, la alimentación de las dudas sobre el pacto entre el gobierno y el crimen organizado.
La presidenta no termina de salir del laberinto y los malabares para explicar el tema de Hernán Bermúdez Requena, jefe de la célula criminal conocida como ‘La Barredora’ y secretario de Seguridad en el gobierno de Tabasco durante la gestión de Adán Augusto López antes de que AMLO lo llamara a la Secretaría de Gobernación, cuando cae “El Limones”, personaje del mundo criminal que en diferentes eventos apareció al lado de Pedro Haces, ataviado con camisas de esa ‘nueva’ central obrera y mostrando toda la cercanía posible entre ambos.
Claro, cual era de esperarse, el señor Haces (Heces, le llaman los caricaturistas afectos al régimen) ya salió a deslindarse y a decir que al presunto jefe criminal ni lo conoce y no tiene nada que ver con su organización sindical, lo cual está muy bien.
El problema no es “El Limones”. El problema es Pedro Haces, un hombre que ha acumulado una fortuna incalculable y un poder político tal, que en un tronar de dedos puede convocar a buena parte de la clase política gobernante a una fiesta sin límites en la campiña montañosa de su lujosa finca, hasta donde trasladó en su helicóptero particular al mismísimo coordinador de los diputados de Morena, Ricardo Monreal, un tipo al que no le son ajenas esas excentricidades porque forman parte de la cotidianidad política en la que construyó un cacicazgo familiar impresionante en Zacatecas, donde ya garantizó la prevalencia del apellido para varias generaciones más.
Curioso. Adán Augusto López aparece como jefe de Hernán Bermúdez Requena y Ricardo Monreal como jefe de Pedro Haces.
Y en esa trama la presidenta no tiene mucho margen de maniobra. Puede llenar el zócalo tantas veces como quiera, pero en el imaginario colectivo, incluso entre los más afectos a su proyecto, hay demasiadas minas sembradas.
II
Por supuesto también hay gente trabajando en aras del proyecto transformador, y haciendo lo conducente desde lo local.
Hay que estar atentos a lo que suceda hoy en Hermosillo donde se instalará la Mesa Naranja para la Prevención de la Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género, evento que reunirá a lo más granado del empoderado sector femenil en el que tiene un papel relevante la diputada María Alicia Gaytán Sánchez.
La presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género de la legislatura estatal tendrá un papel protagónico en este evento organizado en coordinación con la Sala Regional Guadalajara del TEPJF, cuya magistrada presidenta, Rebeca Becerra Amador será la encargada de presentar este modelo de Mesas Naranja: sus objetivos, estructura, actores clave y replicabilidad en los municipios de la circunscripción.
Las Mesas Naranja son un mecanismo orientado a prevenir, atender y erradicar la violencia contra las mujeres con énfasis en lo político y para detallar de qué se trata y qué es lo que se puede hacer en Sonora estarán presentes figuras relevantes como la propia diputada Gaytán Sánchez, así como la doctora Irina Graciela Cervantes Bravo, magistrada de la Sala Regional Guadalajara del TEPJF y la maestra Alma Lorena Alonso Valdivia, consejera del IEE y presidenta de la Asociación Mexicana de Consejeras Electorales.
Y como no se trata solo de hablar sobre un tema de vital importancia para la construcción de una verdadera equidad en el terreno de la política y de la vida cotidiana, también se firmará el Compromiso para la Prevención de la Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género.
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