WASHINGTON (apro).-En una elección presidencial en Estados Unidos atípica, se abrieron las urnas para que millones de electores tomen la decisión entre la demócrata Kamala Harris, y el republicano, Donald Trump, sobre quien de los dos ocupará la titularidad del Poder Ejecutivo.
Con la premisa de que el expresidente Trump ha dejado en claro que sin importar lo que ocurra en las urnas, él esta noche se declarara ganador de la presidencia, los centros de votación empezaron muy temprano a recolectar los sufragios de los electores.
La afluencia en la elección se empezó a palpar muy temprano en los centros de votación de los estados de la costa Este, que por la cuestión de la diferencia de horario con los de la región del Centro y Oeste, fueron los primeros en abrir las urnas.
Harris y Trump que de acuerdo a la tendencia electoral se mantienen técnicamente empatados en términos de preferencia, se aprestan a mantenerse alertas a lo que se pronostica será una jornada larga y minuciosa antes de conocer el resultado final.
Para ganar la presidencia de los Estados Unidos la mayoría del voto popular es insuficiente, lo que se requiere para el triunfo es obtener 270 de los 538 votos del Colegio Electoral distribuidos en los 50 estados y territorios del país.
De acuerdo con las autoridades electorales, casi 50 millones de estadunidenses ya sufragaron por su candidato por medio de las llamadas elecciones adelantes que tienen algunos estados, ya sea en persona o enviando su boleta por el servicio postal.
La gran expectativa en el entorno de la jornada electoral de este martes 5 de noviembre es saber si como en los comicios de noviembre de 2020, a las casetas electorales acudirán unos 150 millones de votantes o más; para decidir entre Harris y Trump.
Esta elección general de los Estados Unidos es inusual, no solamente por posición de Trump, sino porque la sociedad estadunidense está ampliamente dividida debido a las políticas, promesas, amenazas y posturas que ha tenido el exmandatario republicano.
Trump promete, si gana los comicios, utilizar el poder de la presidencia para vengarse de sus enemigos políticos, borrar el mapa electoral de su país a quienes llama izquierdistas comunistas como Harris, e instrumentar tácticas segregacionistas y emular a dictaduras.
El pragmatismo de Harris y el radicalismo de Trump apuestan a conseguir los adeptos necesarios entre los votantes que canalizaran la realidad económica de su país, las propuestas migratorias y sobre el aborto, entre otros temas; para en las urnas decidir a quién apoyan.
Una de las grandes interrogantes de los comicios será saber por quién votaran los jóvenes, las mujeres y los llamados votantes independientes quienes en su conjunto no tienden a participar en las encuestas por lo que su participación en las urnas es una incógnita.
Escuelas, centros de recreación, centros comunitarios, gimnasios públicos y centros de convenciones entre otros recintos que fungen como centros de votación, abrieron las puertas a los votantes a las 6:30 y 7 de la mañana (hora local) en estados como Nueva York, Maryland, Pensilvania, Delaware, Georgia, Carolina del Norte, Sur, Virginia, Vermont, Michigan, Illinois, Wisconsin, Michigan, entre otros.
Sera crucial para definir al ganador voto rural en entidades como Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Wisconsin, Arizona y Nevada, considerados como cruciales para esta elección.
A la par de la elección presidencial entre Harris y Trump, también los estadunidenses determinaron la composición del Congreso federal.
En juego están las 435 curules de la Cámara de Representantes que en estados momentos controlan los republicanos con 220 lugares ante los 213 de los demócratas y tres que se encuentran vacantes.
Para la Cámara de Senadores integrada por 100 curules, los electores deberán decidir si mantienen a los demócratas en las mayoría con 51 puestos o si ahora los republicanos deben manejar el poder en esa rama del gobierno federal.
De los 51 puestos senatoriales demócratas, 23 de estos se someten a la decisión de las urnas, mientras que los 49 de los republicanos, solamente 11 participan en la reelección.
Las tendencias electorales sin ser ciencia exacta indican que los republicanos se quedarán con la mayoría de la Cámara de Representantes, y en el Senado se marcan como vulnerables a 9 de los puestos demócratas sometidos a reelección y solo a un republicano.
En paralelo, en estos comicios 11 estados de la Unión Americana tendrán que elegir a su gobernador, lo que también marcara aún más la polarización en la sociedad estadunidense que conforma a las 50 entidades federativas de las que en 27 gobiernan los republicanos y en 23 los demócratas.
La conformación política del Congreso federal es insustituible ya que quien gane la presidencia requiere de aliados para sacar adelante sus proyectos de ley para poder gobernar.
Bajo el espectro de las tendencias electorales se pronostica que si gana Harris tendrá en contra un Capitolio controlado por lo menos en una Cámara por los republicanos, y que si Trump es el vencedor tendría al Legislativo de su lado porque las elecciones le darían carro completo.
TOMADO DE PROCESO.COM.MX