En 3y2/David Parra

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En 3y2/David Parra

GOBIERNOS DE FICCIÓN
La crisis que se desató en Veracruz con las inundaciones de este fin de semana retrató nítidamente la naturaleza de la llamada cuarta transformación: Un gobierno de humo, al que cuando la realidad lo pone a prueba, no tiene otra respuesta que refugiarse en su narrativa hueca y endeble, ante su crónica indisposición para poder mirar de frente al pueblo con respuestas claras y efectivas.
La gobernadora Rocío Nahle reaccionó tarde y mal, con un discurso tan irresponsable y lejano a la realidad del pueblo, como su cuestionable vida de lujos e impunidad, quien, para colmo, intentó reducir la indignación social en un problema de percepción, tal como Clara Brugada hoy culpa a los aztecas por la histórica proliferación de baches en la cdmx.
Por si algo faltara, la presidenta Sheinbaum, fiel a su estilo, optó por marcar distancia del pueblo cuando exige acciones reales, como si la tragedia local fuese un asunto ajeno y no una señal de que el Estado mexicano está fallando en sus funciones más básicas al haber socavado la estructura que permitía actuar con oportunidad y eficacia.
Esa desconexión entre lo que la ciudadanía vive y lo que el poder dicta como realidad no es casual: es estructural… Refleja a un gobierno que confunde el control de daños con el ejercicio de autoridad y la propaganda con la legitimidad.
La impotencia de la federación fue un mensaje político en sí mismo: mientras la gente exige soluciones ante la tragedia, el poder calcula cómo salir lo menos raspado.
Pero la política no se mide por la habilidad para esquivar responsabilidades, sino por la capacidad de responder con humanidad y eficacia cuando las cosas se desmoronan. Y ahí es donde todas ellas han fracasado.
Nhale por pensar que administrar el descontento era suficiente ante una tragedia; Sheinbaum, por creer que la simulación la protege del desgaste.
Lo cierto es que ninguna de las dos entendió que la legitimidad se erosiona no solo por lo que se hace mal, sino por lo que no se hace bien cuando más se necesita.
Hoy la ciudadanía no está para demagogias retardatorias, exige soluciones reales, constantes y sonantes; no quiere diagnósticos, no quiere censos interminables, demanda acciones que se noten y, sobre todo, no debe perdonar que quienes prometieron transformación se comporten con la misma soberbia e indolencia que el gobierno presuntamente anterior que aún no queda claro si realmente se ha terminado, porque se nota muy vigente.
Veracruz es hoy un aviso premonitorio para el régimen: el poder no se pierde en las urnas, se pierde cuando la gente deja de creer que le sirve para algo.
Bytheway…
… ¿Cómo para cuando la presidenta pensará llamar a cuentas a Rocío Nhale por sus descomunales cuentas pendientes con sus pecados en la refinería subacuática interminable y el desaseado manoseo de permisos de SENER y CREE en lo que luce como una operación anexa al desfalco fiscal de combustibles importados y los huachicoleros aún en operación que los ordeñan a Pemex en complicidad con funcionarios y autoridades de seguridad?
… ¿Cómo para cuando a la UIF se le hará extraño el escandaloso enriquecimiento de esta funcionaria en una situación muy similar a la de Adán Augusto López, que al igual ha sido denunciada con elementos de prueba contundentes sin que esto aún llame la atención de Sheinbaum?
… ¿En qué momento García Harfuch vinculará a Nhale con quienes asesinaron a la maestra que para ninguna de ellas mereció un mínimo gesto de compasión o empatía, ya no digamos indignación traducida en una acción policiaca contundente inmediata?
Entre muchas otras cosas que requerirían destituir a alguien tan nefasto.
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