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Encuadre/José F. Medina

 

LA VIDA ES UNA TÓMBOLA

Una mala pasada del sistema cibernético de FMInformativo.com, impidió el envío tempranero de estos párrafos. Ofrezco disculpas para mis tres o cuatro fieles lectores.

Pero como siempre he dicho, todas las cosas suceden por algo. Me explico: hasta muy entrada la noche, al momento de redactar esta columna, uno de mis temas a comentar había sido la implementación de la famosa tómbola utilizada por Morena para designar a sus diputados y senadores plurinominales (un regalo de los partidos a sus militantes por méritos en campaña…o en la grilla).

Al margen de los contratiempos surgidos durante este sorteo, y que causaron algunas “cejas levantadas”, Mario Delgado y su equipo logró salir adelante. Ahí resultaron sorteados Jesús Ramírez Cuevas, actual vocero presidencial, para una diputación federal “pluri”; el caricaturista Rafael Barajas “El Fisgón” y la actriz Jesusa Rodríguez, afines al presidente López Obrador, para una Senaduría. El nombre de José Ramiro López Obrador también surgió por el mismo método, pero éste para diputado federal. 

Pero como la “vida es una tómbola, tom tom, tóoombola”, giró intempestivamente, y resulta que estos nombres ya fueron borrados de la lista que Morena inscribirá en breve ante el INE.

Pero como ya sabemos que la vida es una tómbola, giró de nuevo y aparecieron nombres como Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y el petista Gerardo Fernández Noroña, como los “buenos” para la Senaduría “pluri”. Si mal no recuerdo, era una promesa de campaña interna a la presidencia de la República: los perdedores serían Senadores. A quién se le olvidaría este pequeño detalle?.

Por lo demás, en esta lista también van como diputados “pluris” algunos nombres muy conocidos en Sonora como el expanista Manuel Espino Barrientos, Napoléon Gómez Urrutia y Sergio Gutiérrez Luna. Estos dos últimos, como Tarzán, de liana en liana. Ah, también se “coló” Cuauthémoc Blanco, glorioso futbolista y non grato (para muchos) gobernador de Morelos.

Lo dicho: complicadísimo el proceso interno de Morena y aliados a nivel federal. A nivel local, lo mismo.

Y a propósito de complicaciones, un tema que puede impactar negativamente en la percepción ciudadana para el partido en el poder, en plena época electoral, son los fuertes señalamientos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) para varias dependencias por presunto mal manejo de los recursos públicos.

Ahí están los casos de la Comisión Nacional del Deporte, que (mal) dirige nuestra Ana Gabriela Guevara, y por lo que la ASF ya presentó dos denuncias ante la Fiscalía General de la República por un probable quebranto por 280 millones de pesos. No es la primera vez que la Conade se ve envuelta en este tipo de señalamientos, amén de las quejas de deportistas por falta de apoyo. El ejemplo mas notorio fue la del equipo de Natación Artística el año pasado.

También bajo la lupa de la ASF se encuentra el Instituto Nacional de Migración, porque dicen, convirtió los centros de detención migratoria en un negocio millonario para al menos tres empresas, a las cuales entregó contratos por adjudicación directa, de manera irregular y con diversas anomalías en los servicios.

Así, el INM adjudicó directamente 545 millones 532 mil pesos a una empresa de once trabajadores para instalar “albergues y puntos de revisión migratoria” en el país, en un proceso de contratación lleno de irregularidades.

Y una muestra mas: en la revisión de la Cuenta Pública 2022, la misma ASF detectó posibles daños al erario por 785 millones de pesos en las obras del Tren Maya, uno de los proyectos emblemáticos del presidente López Obrador.

Según dan cuenta, la ASF realizó 12 auditorías al proyecto ferroviario, cuyos resultados fueron entregados este martes pasado a la Cámara de Diputados como parte del tercer y último informe de la fiscalización del gasto del cuarto año de gobierno de la presente administración federal.

Según nota periodística publicada en La Jornada, las anomalías encontradas por los auditores incluyen pagos en exceso o indebidos a proveedores y empresas constructoras, erogaciones por trabajos innecesarios o de calidad deficiente, pago de intereses, deficiencias en la planeación de los trabajos en distintos puntos de las obras, así como la adquisición de un predio de 295 mil metros cuadrados para derecho de vía que no será utilizado, entre otras.

Sin duda, el séptimo año, para el cual normalmente no se preparan los gobernantes, será de muchos sobresaltos. Aunque todo dependerá de quién gane “la grande”. Ya veremos.

IN PROXIMUM

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