Encuadre/José F. Medina

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Encuadre/José F. Medina

 

ALGO NO CUADRA

No se necesita ser un avezado en un tema tan controvertido como el narcotráfico para darse perfectamente cuenta que algo no huele nadie bien entre los dichos del Mayo Zambada y el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya. Alguien miente flagrantemente.

Al través de una carta dada a conocer por su abogado, el Señor Mayo señala que el día que le pusieron “el cuatro” se reuniría con el Gober y con el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, fundador del Partido Sinaloense y recién electo diputado “pluri” prianista, Melesio Cuén (muerto a balazos recientemente) para mediar en su disputa política, supuestamente a petición del otro involucrado en poder de la justicia estadounidense, Joaquín Guzmán López.

Como era de esperarse, Rocha Moya, públicamente, ya salió  a decir que nada de eso es cierto. Que es una calumnia, Que él no tiene necesidad de eso. Que lo quieren hacer “narco” a fuerzas. Una autodefensa obvia, perfectamente entendible. Ni modo que saliera a decir que todo lo que dice el Señor Mayo es la puritita verdad. Pues no.

Pero, en el mundillo del narco, como en la política, nada es casualidad, y todo se entreteje.

Por eso es que tiene un alto valor testimonial lo escrito este lunes por el columnista de El Universal, Salvador Soto García, quien asegura que en una conversación con Rocha Moya, en agosto del 2021, éste le aseguró haber pedido “permiso” a los jefes del Cartel de Sinaloa para poder participar en la elección de julio de ese año, para así convertirse en Gobernador.

Con el permiso (no pedido y por lo mismo no concedido) de Soto García, reproduzco una parte del tema central de su columna “Serpientes y Escaleras”, que precisamente habla sobre el particular.

“¿Cómo ves las cosas para la transición con Quirino?”, le pregunté: “A toda madre, el Quirino se ha portado a la altura y ya estamos avanzados en la entrega-recepción”, me respondió con su acento sinaloense y con la emoción evidente de estar a punto de convertirse en gobernador de su tierra. “Yo no soy tan político, pero el presidente me pidió que compitiera y no podía decirle que no”, comentó en el trayecto al restaurante donde comeríamos.

“¿Y cómo se gobierna un estado con un cártel tan poderoso?”, le solté. “Pues, mira Salvador, no nos hagamos pendejos. Aquí todo mundo sabe cómo está la cosa. Yo fui y hablé con ellos, los conozco porque soy de Badiraguato. Y yo fui a pedirles su apoyo. Quien te diga que quiere gobernar Sinaloa y no tiene el visto bueno de ellos, te miente. Así es la cosa aquí, para qué nos hacemos pendejos”, me contestó el gobernador electo en un ataque de sinceridad.

Ante la claridad de su comentario no hice más que asentir. Por primera vez escuchaba de un político sinaloense reconocer lo que todo mundo sabe en Culiacán y en todo Sinaloa. Rocha Moya no sólo aceptaba que tuvo que buscar el aval de los narcotraficantes para poder llegar al poder, sino que reconocía tener con ellos una relación de paisanaje y conocimiento mutuo.

Por eso cuando surgieron las primeras versiones y evidencias de cómo el Cártel de Sinaloa operó en los comicios locales de aquel año, secuestrando a operadores y representantes de casilla del PRI, no me sorprendió porque confirmaba el “apoyo” del que el gobernador electo me había hablado. Rubén Rocha Moya tomó posesión en noviembre de aquel año y, de ser un académico que se consideraba a sí mismo “sencillo” y decía no ser político, empezó a adoptar conductas y un estilo de ejercer el poder cada vez más autoritario.

Hasta aquí parte de la columna del colega Soto García. Valiosísimo testimonio. A confesión de parte, relevo de pruebas, dicen en Derecho.

Todo un “culebrón” al mas puro estilo de la serie “Narcos”, de Netflix.

Y en esta nueva temporada, apenas vamos en el primer capítulo…de muchos.

Sin lugar a dudas, a Rocha Moya y cercanos les esperan días bastante turbulentos. La mafia olvida…pero no perdona..

En tanto, la Fiscalía General de la República informó que ya se había comunicado con el gobernador Rocha Moya para obtener toda la información relacionada con la detención del Señor Mayo, pero sin citación de por medio. Mmmmm.

Algo no cuadra.

 

ENCUADRE TRICOLOR

Y a propósito de mafias, finalmente “Alito” Moreno se salió con la suya: fue reelecto presidente del PRI nacional para otro periodo, con señales visibles a otro mas, al menos.

En su mensaje tras rendir para el periodo 2024-2028, llamó a una profunda reforma del PRI, al tiempo que arremetió de nueva cuenta contra los disidentes, entre ellos los ex dirigentes del partido que iniciaron recursos de impugnación en contra del proceso interno.

Aquí les dejo algunas de las joyas discursivas lanzadas de manera vehemente ante sus correligionarios (o corifeos?):

Esta elección se dio de manera “ejemplar, transparente, democrática, libre y de manera secreta”.

“El desafío es renovarnos, es reformarnos y recuperar la confianza ciudadana. La elección del 2 de junio impuso sobre nosotros una obligación de replantear el rumbo”. 

“Impulsar el proceso de reflexión más amplio, vamos a regresar y vamos a volver a ganar”

“Es el momento de abrir las puertas a la reforma integral de nuestro instituto político”.

Usted le cree?. Yo tampoco.

Mil 200 millones de pesos (dinero con que contará el PRI como prerrogativa) bien valen la pena para mostrarse como todo un cínico, manipulador y “gandalla”. Nada nuevo en el tricolor. Por eso, este partido va que vuela al desfiladero, a su desaparición. Que así sea.

Por lo pronto, Rogelio Díaz Brown, actual presidente del tricolor en Sonora y cercanísimo a Manlio Fabio Beltrones, uno de los detractores del mal afamado “Alito”, ya pone sus barbas a remojar. Solo es cuestión de tiempo.

 

ENCUADRE DE RELEVOS

Con una amplísima experiencia en temas indígenas, en días pasados, el ingeniero Martín Vélez de la Rocha tomó posesión en la Comisión Estatal para el Desarrollo de los Pueblos y Comunidades Indígenas en Sonora, sustituyendo al Dr. Abel Leyva, quien volvió a ocupar nuevamente la Rectoría de la Universidad Tecnológica de Hermosillo.

Sin duda, un gran acierto del gobernador Alfonso Durazo este movimiento.

El ingeniero Vélez de la Rocha es un perfil de seriedad y compromiso absoluto en el desempeño de sus responsabilidades, y el Dr. Leyva es un sobrio pero avezado catedrático que seguirá aportando muchísimo al buen desarrollo de esa institución educativa.

Enhorabuena por ambos funcionarios.

IN PROXIMUM

 

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