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Dice popular apotegma que del dicho al hecho hay mucho trecho y es por eso que, tratándose de anuncios de instancias de gobierno, por lo general hay que tener mucha credibilidad y, sobre todo, mucha paciencia porque la espera será prolongada.
En el evento para celebrar los primeros 100 días del gobierno de la presidente Claudia Sheinbaum, se reiteró lo que ya cualquiera más o menos informado ya sabía: se continuará con la el enderezado de curvas; construcción de carriles de rebase y suavizar tramos empinados de la carretera con la que se conectará Chihuahua con el ampliado, dragado y modernizado puerto de Guaymas.
Otra obra anunciada ante la multitud de funcionarios públicos y acarreados en El Zócalo, fue la construcción de la carretera Bavispe-Nuevo Casas Grandes, la misma que casi dos años antes anunció Andrés Manuel López Obrador, quien incluso al igual que las obras en la Carretera federal 16 Hermosillo-Chihuahua, serían concluidas antes de terminar su gestión presidencial.
Otro anuncio ya anunciado de forma reiterada es que dado el éxito que tuvo para Porfirio Díaz en la segunda transformación, regresará el servicio de tren de pasajeros con rutas que comunicarán la Ciudad de México con Nuevo Laredo, Ciudad Juárez y Nogales, entre otras y como decíamos al principio, hay que esperar sentados porque para que eso pudiera ocurrir aún hace falta mucho tiempo y seguramente mucho más allá del 2030.
Lo del apoyo a la entidad por la gran crisis hídrica, pues se trata de atender una crisis que en un descuido será humanitaria, aunque ya entrados en gastos, sería bueno que se ofreciera información actualizada sobre la cacaraqueada perforación de pozos de abrevadero alimentados con energía solar anunciada por el gerente de la Unión Ganadera Regional del Gobierno de Sonora, Juan Ochoa, a quien de paso sería bueno preguntarle en qué quedó aquello de construir un centro de convenciones anunciado para construirse en los terrenos ahí casi frente al CERESO, proyecto también muy anunciado.
Miren, durante los primeros meses del gobierno de Alfonso Durazo Montaño fue una delicia la cobertura de sus ya canceladas conferencias de prensa de los martes, en cuyo marco caía una cascada de anuncios sobre fantásticos proyectos de inversión, que en mucho de los casos se mantienen como eso: meros anuncios, a no ser que haya algún vacío de información desconocida por este reportero.
La primera fantasía que nos brinca en nuestra poca memoria, es aquella en la que de forma conjunta, los y la gobernadora de estados ribereños del Mar de Cortez constituirían una empresa de cruceros y construirían una red de muelles para embarcaciones menores que se enlazarían con los grandes cruceros que navegarían por el llamado acuario del mundo y además se informó que registrarían y además la marca Ribera Mar de Cortez y que se concluiría el Home Port de Puerto Peñasco.
Eso fue en febrero del 2022 y poco tiempo después el gobernador Durazo dio a conocer el acuerdo de construir una carretera en la parte más angosta de la esbelta península de Baja California—entre Santa Rosaliita y Bahía de los Ángeles, que incluía construir muelles y abasto logístico en dichas localidades—para facilitar el traslado por tierra a yates de mediano tamaño desde las agitadas aguas del Océano Pacífico al remanso del Golfo de California.
No sabemos en qué quedaron tales anuncios; qué pasó con la polla de 20 millones de dólares por cabeza que acordaron aportar los gobiernos de Sonora, Sinaloa, Nayarit, Baja California Sur y Baja California Norte para crear una ruta de cruceros con escalas en Puerto Peñasco, Santa Rosalía, Loreto, La Paz, Cabo San Lucas, Topolobampo, Mazatlán, Guaymas y con un descuido, las Islas Marías convertidas en destino turístico y en fin, en qué quedó el reinicio de la construcción del Home Port de Puerto peñasco, porque se dijo que ya se había destrabado la cuestión legal.