GUAYMAS, Son. – Si alguien sale raspado tras la misiva donde Ismael “El Mayo” Zambada explica su secuestro y traición que lo puso en manos de agentes federales en Estados Unidos, es el gobernador de Sinaloa, Alfonso Rocha Moya.
Partamos de que creemos más a los “malos” –los criminales—que a los “buenos” –la autoridad—y, entre esta, más a la estadounidense que a la mexicana, para dar por hecho que el maestro Rocha atestiguó asesinatos y desapariciones en el encuentro que sostendría con un diputado y ex rector de la Universidad de Sinaloa en un rancho de Culiacán, arbitrado por “el Mayo”.
De ahí se desprende todo: Melesio Cuén habría sido asesinado en el lugar, pero la Fiscalía de Sinaloa dice que fue en una gasolinera durante un asalto; “El Mayo” ubica allí al gobernador, quien lo niega y afirma que ese día salió de la ciudad, en el avión de un particular; y al jefe de la Policía estatal, hoy desaparecido al igual que varios escoltas “buenos y malos”. Y se extiende la lista del tan comprometedor tema.
Con todo y que lo defienden el presiente y los gobernadores morenistas como él, el lodo lo cubre. Entre mil comentarios más, extraigo uno del periodista Salvador García Soto, alusivo a la cercanía del mandatario sinaloense con líderes narcos.
Cita que Rocha pidió y tuvo el visto bueno de narcotraficantes previo a la campaña en la que fue electo. Se lo dijo en agosto de 2021 y lo consigna ahora en su columna “Serpientes y escaleras”, recordando que el entonces gobernador electo lo invitó a comer y, camino al restaurante, le preguntó: “¿Y cómo se gobierna un estado con un cártel tan poderoso?”.
El periodista consigna la demoledora respuesta: “Pues, mira Salvador, no nos hagamos pendejos. Aquí todo mundo sabe cómo está la cosa. Yo fui y hablé con ellos, los conozco porque soy de Badiraguato. Y yo fui a pedirles su apoyo. Quien te diga que quiere gobernar Sinaloa y no tiene el visto bueno de ellos, te miente. Así es la cosa aquí, para qué nos hacemos pendejos”.
Fue, dice el columnista, “un ataque de sinceridad”. Y no sólo aceptaba que debió buscar el aval de los narcotraficantes para llegar al poder, sino que reconocía “tener con ellos una relación de paisanaje y conocimiento mutuo”.
Ni al caso agregar señalamientos de represor, pactar con grupos delictivos y conseguir recursos para otros ahora gobernadores –hasta le sobró para comprarse inmuebles, decía Cuén antes de ser asesinado– y la historia, llena de mentiras verdaderas y verdades mentirosas, estaría documentada a detalle y operando como “espada de Damocles” en indagatorias de agencias federales de Estados Unidos, sobre casos vinculados a los cárteles de la droga.
Es esta la película que sigue en la plataforma de la ley en el país vecino, que seguiremos de cerca en un cansado juicio cuyo resultado es previsto, incluyendo opacidad y distractores útiles para el reacomodo de fuerzas “del mal” que lleva dos décadas.
CLAUDIO X: SOPA DE SU CHOCOLATE
En cuanto a la dura pugna entre ¿derecha e izquierda?, recetan una sopa de su chocolate al presunto líder de la ultraderecha en la detracción cotidiana del cuatroteísmo, quien bombardea con la teoría del “narcoestado” y del “narcopresidente” en México.
Así tituló su columna Álvaro Delgado, “El narco Claudio X. González”, basándose en la óptica del magnate “y en la lógica de la oposición que él encabeza”.
Usa información que hasta este columnista olvidaba: “fue identificado como el “jefe” del grupo criminal que, en 2012, fue detenido en Nicaragua cuando transportaba 9.2 millones de dólares en efectivo, en 6 camionetas rotuladas con el nombre de Televisa, de cuya televisora era vicepresidente corporativo”.
Raquel Alatorre, quien encabezaba a los mexicanos del “narcodinero”, señaló a Claudio como su jefe y mostró su número telefónico en su agenda. En la operación aparecieron los nombres de Joaquín López-Dóriga y Amador Narcia, vicepresidente de información de Televisa. Se impuso el silencio, pero se recuerda hoy que la política no alcanza para llegar a acuerdos.
Cualquier mención sobre González se cubrió y no se probó que sea narcotraficante, pero como él tampoco prueba que el presidente y su virtual sucesora lo sean, aunque lo diga, usa el columnista tal óptica para sugerir nuestras conclusiones.
ALITO, SU VENGANZA
El domingo, “haiga sido como haiga sido (Calderón dixit)”, Alejandro “Alito” Moreno impuso su reelección al frente del PRI nacional. El lunes, asestó primer descontón a Manlio Fabio Beltrones: el sonorense no será parte de la fracción priísta en el Senado.
Hay versiones distintas de quienes quieren y no quieren a Beltrones, pero el distanciamiento lo marcan las declaraciones de ambos. Y Manuel Añorve, reconocido manlista, se queda como líder de los senadores tricolor ¿Otra traición?
El PRI Sonora protestó –por supuesto, lo usufructúa un sobrino de Beltrones—, pero se confirma la pronunciada caída del expartidazo donde “Alito” anuncia reformas a fondo para recuperar votos, pero no se mira cómo será eso.
Nobleza obliga, así que Rogelio Díaz Brown deja este mensaje: “confiamos plenamente en Manlio Fabio Beltrones y tenemos la seguridad que cumplirá a los sonorenses desde el Senado”.
Y a quienes apuestan por la salida de Beltrones para sumarse a Morena, Claudia Sheinbaum, a pregunta de una reportera, dio poco crédito a la versión porque “cada quién tiene su historia” y “no creo que ni siquiera él quisiera acercarse”.
“EL TIO RICHI”: QUE NO ERA SU BARCO
Causó revuelo el “H2O”, como se identificó al yate paseando en aguas de San Carlos propiedad atribuida a Ricardo “El tío Richi” Salinas Pliego, por estar a bordo su hermano Guillermo.
El poderoso Creso que riñe con el presidente y la 4T, al parecer por no querer pagar impuestos, dijo que “no es mío y no lo conozco… no inventen. Están viendo que son bien envidiosos los corruptos; luego, luego lloran porque uno tiene 2 yatecitos y ya me andan achacando un 3ro.”.
Vamos a creerle, pues ni cómo comprobarlo. Si usted tiene 100 o 200 millones de euros, compra un yate a un príncipe árabe o a un oligarca ruso o estadounidense, lo registra en un paraíso fiscal vía fideicomiso y lo maneja en arrendamiento por alguna operadora, ya está.
En el “H2O” se pasean apellidos como Salinas, Garza, Fernández, etc., así que no sería rara la participación de don Ricardo o Memo en este pequeño navío de “apenas” 30 millones de dólares.
Pero lo realmente importante para esta región, es el arribo de esta gente y su posible participación en proyectos que amplían la oferta hotelera y sus servicios, auge reflejado en desarrollos como Costessa, Torre Duo de Marina Terra, o Bahía Esmeralda y su “punta” que Carín León hizo famosa en el mundo, motivando elevado interés por la zona.