HomeColumnas de Opinión

Estas Líneas/Agustín Rodríguez

+ Comienzan a recuperar el orden vial, con las “motos”; también eso fue abandonado; salvar vidas será el primer resultado; no, no vienen más vuelos al aeropuerto Yáñez; Beltrones vuelve al Senado, ahora como decano; mayoría aplastante de Morena también en Sonora

GUAYMAS, Son. – Cuando niño, alguien me prestó su bicicleta y fui al mejor sitio que podíamos disfrutar, el bulevar Sánchez Taboada, con su camellón lleno de cocoteros y su plazoleta con el busto del impulsor de ese malecón todavía desaprovechado, al norte, y el astillero de Pancho Fourcade, al sur, hoy un edificio ruinoso con veintena de litigios de aparentemente imposible solución, que evita aprovecharlo turísticamente.

Pedaleaba la bicicleta ajena disfrutando el aire de la bahía en la entonces no tan transitada vía, cuando un agente de Tránsito me pidió detenerme y acercarme. Lo hice.

Amable, me explicó que retendría el liviano vehículo, me daría una boleta explicando el por qué, la debía entregar a mis padres y ellos irían a la oficina de Tránsito a resolver el problema, sintetizado en falta de placas de circulación, luces y documentos confirmando la procedencia legal. Control, pues, que había en la época.

Hice lo indicado y tuve la fortuna de contar con mi recordado primo Luis (Barrera, periodista que hizo época y se nos fue hace poco), quien me llevó Palacio Municipal, charló con el jefe de Tránsito y ofreció la regularización debida. Entendí de qué se trataba.

Después me ocurrió lo mismo en una motocicleta, cuando mi amigo José Luis tomó el control y yo en la parte trasera del asiento me dejé llevar al mismo paseo, donde ocurrió lo mismo: el agente se llevó la motocicleta y viera usted mi zozobra, pues la habíamos tomado de casa donde la dejó encargada mi apreciado Tavo Arreola, el mejor “apson” del legendario grupo de Agua Prieta (Los Apson) quien, noble como es, evitó elevar la angustia del chamaco que había entendido el abuso de confianza cometido.

Debo decirle, me regañó por ello hace un mes, cuando desayuné invitado por él, en el comedor de Héctor Zaragoza, junto con Enrique “Tito” Rodríguez, otro artista guaymense de la música, y Tavo me reprochó los 3 meses que lo dejamos sin la “moto”.

“No, Tavo, fueron 3 horas”, le aclaré entre sorprendido y preocupado. Recuperé aplomo cuando brotó su permanente tono divertido y cuestionó: “Sí, 3 horas, pero ¿Y los intereses?”.

No, pues sí. 3 horas, con el mínimo porcentaje de tiempo cargado durante décadas, podrían ser 3 meses. O más. Pero el punto es el siguiente:

Tránsito Municipal se posó bajo el puente hacia Miramar en el entronque de la carretera federal 15 –allí se llama Agustín García López; pronto llevará otro nombre hacia el norte— y comenzó a detener motociclistas con el mismo propósito por el cual me detuvo la justicia vial en aquellos bellos tiempos, hacer entender que hasta para una bicicleta, usar la vía pública exige reglas.

Licencia, placas, casco y buenas condiciones para frenar y conducir sin riesgos para sí y los demás, pide confirmar la consigna del jefe de Tránsito, Toño Márquez, al atender la instrucción superior, la alcaldesa Karla Córdova incluida, tras la exigencia social de poner orden en el uso de ese medio de transporte.

Brotaron inconformidades, generalmente de quienes no cumplen la regla. Incluso un motociclista se sintió miembro de los “panteras negras” o algo así y agredió a un elemento vial, pero pronto estuvo ante el juez calificador. Debieran recordar que hoy el agente de la ley está preparado para enfrentar el mal humor de un infractor y que deben entender el porqué de esta medida. Cuando lo hagan, serán respetados sus derechos y se les dejará trabajar. Y se reducirán los percances que esos rápidos vehículos llenan los partes oficiales día a día.

La petición social se volvió exigencia hoy que hemos perdido una joven vida precisamente por la falta de control en el uso de motocicletas, en una de las cuales viajaban dos adolescentes que se impactaron contra un vehículo de transporte de personal en horas de la madrugada, sin estar en condiciones de conducir y no portaban casco de seguridad.

No quisiéramos saber nunca de esos lamentables hechos, pero ocurren. Los chamacos no miden riesgos, pero los padres deben hacerlo por ellos y las autoridades también.

La crítica, a juicio de muchos, equivocada, allí está, pero se vale. Ayudan a terminar el análisis. La mayoría aprueba al jefe de Tránsito que cumple pidiendo no sea llamarada de petate y mantenga el grito a tiempo sobre dejar suelta una regla creada para protegernos, o se perderán más vidas.

NO HABRÁ VUELOS

Vestidos y alborotados nos dejó Roberto Gradillas, nuestro joven y talentoso titular estatal de Turismo, al anunciar rueda de prensa para hablar sobre nuevas rutas comerciales luego de saber de las mejoras realizadas al aeropuerto “José María Yáñez”.

Resultó un anuncio sobre la mejoría de esta terminal al arreglarse baños, sala de espera y plataforma de operación, pero cuando debían decirnos que tendrá un mejor uso, se limitaron a decir que Volaris tiene ofertas y que habría más viajes de Cd. Obregón y Hermosillo hacia varios destinos. Está bien, eso ayuda a Sonora, pero nada sobre ese mejor uso a la instalación.

Allí andaba Dionisio Pérez Jácome, destacado funcionario federal del pasado, hoy empleado de Volaris –vicepresidente de Sostenibilidad y Desarrollo Corporativo—, lo cual sorprende suponiendo que no sea dueño de la aerolínea que explotó la información para darse publicidad.

Fue Secretario de Comunicaciones y Transportes el pasado sexenio y, pues, ya ve usted los antecedentes que dejaron esos funcionarios cuando se fueron llevándose consigo bienes nacionales, como el caso del tren con Zedillo, para citar solo un ejemplo.

SE INSTALA EL SENADO

La instalación la nueva representación en el Senado de la República se cumplió este jueves y lució muy bien el exgobernador sonorense Manlio Fabio Beltrones, al protestar como presidente de la Mesa de Decanos de la Cámara Alta.

Sí, ya septuagenario el exmuchas cosas más –y véanlo, ni parece haber arribado al “séptimo piso”—, encabezó la Sesión Constitutiva de la Legislatura donde tomó protesta a senadores del periodo 2024-2030.

Ya se eligió Mesa Directiva y no debe sorprender que la encabece Gerardo Fernández Noroña, por méritos en campaña (o para tenerlo más cerquita, como usted quiera). En ella aparece Luis Donaldo Colosio Riojas (MC), como secretario.

Si saca cuentas, la aplanadora vuelve a aparecer en las Cámaras, esta vez tripulada por Morena y aliados, que tendrán 364 de 500 escaños en la Cámara baja y la “supermayoría” estará así: Morena, 236 diputados; PVEM, 77; PT, 51.

La oposición: PAN, 72 diputados; PRI, 35; MC, 27; PRD, 1 de mayoría relativa y 1 independiente.

En el Senado, al quedar sin partido los senadores del PRD de Michoacán y Tabasco, Araceli Saucedo y Sabino Herrera, se sumaron a Morena y el oficialismo queda a 1 voto de la mayoría calificada. No hacer eso, fue lo primero que les pidió Jesús Zambrano, presidente de las siglas desaparecidas, pero qué les quedaba.

Y este jueves, el gobernador Alfonso Durazo se reunió con las y los diputados locales de la Coalición Morena-PT-PES-PVEM-PANAL, de la legislatura que comienza el sábado. Los llamó “representantes dignos del pueblo” y con ellos “continuaremos consolidando la transformación de Sonora por el bienestar de todas y todos”.

Que así sea. Pueden hacerlo, pues también son aplastante mayoría.