TOMADO DE PROCESO.COM.MX
Por Dalila Escobar/Foto: Germán Canseco
CIUDAD DE MÉXICO (apro).– El gobierno mexicano impugnará la ley que promulgó el gobernador de Texas, Greg Abbott, que permite que autoridades locales detengan e inicien trámites para deportar a migrantes sin documentos legales. “Es un señor de malas entrañas, malo de malolandia”, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Se está haciendo un trámite en Relaciones Exteriores para impugnar esta ley y además nosotros vamos a estar siempre en contra de estas medidas”, dijo.
El gobierno mexicano intervendrá en esta ley, además, porque son facultades de gobierno federal y no atribuciones de los estados. “Él está usurpando funciones, tiene que ver con política exterior y corresponde al Congreso y al presidente de Estados Unidos”.
A los migrantes mexicanos y de otros países que buscan entrar a Estados Unidos les envió el mensaje: “Vamos a estarlos defendiendo”.
Señaló que Abbott “está actuando de esa forma porque quiere ser vicepresidente del Partido Republicano” y con esas medidas busca popularidad, pero consideró que “no va a ganar nada, al contrario, va a perder simpatías porque en Texas hay muchos mexicanos, muchos migrantes”, además de que ese territorio actual de Estados Unidos fue de México.
“Y se le olvida que hay 40 millones de mexicanos en Estados Unidos y se le olvida que esa gran nación se fortaleció gracias a los migrantes del mundo. Y se le olvida que en la Biblia se dice que no hay que tratar mal a los forasteros. Esto lo digo porque está en el antiguo testamento y muchos son religiosos, de esos gobernantes, y es algo inhumano, politiquero”.
Añadió que “este señor manda a detener a migrantes en esta temporada de frío, ya cuando empieza el invierno y los lleva a Nueva York y los tiran enfrente de las casas donde viven los dirigentes demócratas, enfrente de la casa de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. Es un señor de malas entrañas, malo de malolandia”.
Este tipo de medidas, dijo, no funcionará porque así sucedió con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien, dijo, estaba arriba en las encuestas, pero después de hablar de medidas antiinmigrantes bajó su popularidad, por lo que confió en que así le sucederá al gobernador de Texas.