OLOR A DINERO
Por Feliciano J. Espriella
EL ABUSO… de menores en cualesquiera de sus manifestaciones y desde la perspectiva que se quiera ver, es una de las mayores aberraciones que puede cometer un ser humano.
La pederastia, aunque es reconocida como uno de los delitos más abominables y severamente penado en casi todas las legislaciones del planeta, en muy pocas ocasiones los responsables reciben castigos verdaderamente ejemplares y en proporción al daño que infligieron a centenas y hasta miles de infantes. Es por otra parte, una actividad que aumenta a pesar de los esfuerzos en contrario.
Pero la pederastia no es el único caso de abuso infantil que se comete y, la mayoría, aunque a veces son socialmente reprobados, los realizan sus propios progenitores o familiares en línea directa.
Uno muy frecuente, aunque poco difundido que cometen padres y madres (con mayor frecuencia éstas), es la privación de la convivencia con alguno de los dos, la cual suelen ejercer con el apoyo y muchas veces contubernio de jueces, psicólogos, abogados y familiares en línea directa.
Y lo que es peor aún, en la mayoría de las ocasiones no lo hacen en beneficio de los hijos, sino como una manera sutil de cobrar venganza por agravios recibidos durante la relación de pareja, especialmente si fueron víctimas de infidelidad.
Este es un tema por demás importante que padecen miles y miles de víctimas en nuestro país de manera silenciosa y medio oculta sobre el cual ya se empiezan a escuchar con fuerza protestas parentales de los y las agraviadas e incluso a organizarse.
Ejemplo de ello es la asociación de nombre “No más hijos rehenes” que nació en Monterrey, N.L. entre los años 2018-2019 y se formalizó en 2020, la cual cuenta ya con delegaciones en 12 entidades.
Por su importancia en el seno del tejido social y sobre todo el impacto negativo en la formación de niños y niñas que se encuentran en esta situación, este tema lo desarrollaré en varias entregas de los lunes a partir de la fecha.
Procuraré exponer testimonios de padres o madres que estén pasando por esa situación. Algunos de ellos son verdaderamente patéticos y no pocos inconcebibles por la vileza, torpeza, furia u odio del padre o la madre custodio.
ANTECEDENTES… La participación de ambos padres en la crianza y formación de los hijos, como lo han demostrado diversos estudios a lo largo de los años es fundamental para el éxito de los niños y su desarrollo en la edad adulta.
Según un metaanálisis de más de cincuenta estudios sobre participación de los padres en la escuela secundaria, existe una directa conexión entre el rendimiento académico de los estudiantes con la participación de los padres en la educación de sus hijos; además el estudio señala que entre a más temprana edad se establece una conexión entre los padres y el proceso educativo de sus hijos, se crea una base más sólida para el éxito del estudiante. Pero ello sólo se puede lograr si existe una sana convivencia en tiempo y calidad, aunque el padre o la madre ya no viva bajo el mismo techo.
En la crianza de los hijos, el rol del padre es fundamental en su desarrollo, ya que es el encargado de proporcionar seguridad, protección y autoridad. La madre brinda amor, cuidado y protección emocional. Ambos roles son complementarios y necesarios para la formación funcional de los hijos.
Bekia Padres, un portal dedicado a los padres, donde se han publicado infinidad de artículos y trucos para poder criar a los hijos entre los que abundan consejos de expertos en la materia, en una nota sobre este tema publicaron:
“La falta de control parental puede afectar la autoestima, la autodisciplina, la ambición y el desarrollo emocional de los niños, lo que afecta las capacidades de toma de decisiones y la identidad propia de un individuo mucho más allá de la infancia. Además, la falta de participación de los padres en la educación de sus hijos también puede afectar el rendimiento académico de los niños”.
La pregunta es: ¿Qué control parental puede ejercer un padre o una madre al que se le ha limitado en extremo la convivencia con sus hijos?
Eso es lo que se hace en el Centro de Convivencia Familiar (Cecofam) cuya operación e ineficiencias abordaremos el próximo lunes.