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No, no soy Xochitlover

OLOR A DINERO

Por Feliciano Espriella

MI POSICIÓN… Tampoco soy xochitlfan, ni xochitlfóbico y mucho menos xochitlheather. Viene lo anterior a colación porque el día de ayer, dos de mis cinco lectores me increparon porque la columna, dicen haberles parecido un panegírico a la reciente visita de doña Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz a Hermosillo.

Como estos representan el 40 por ciento de mi audiencia, decidí en esta ocasión aclarar mi posición al respecto. En la entrega de ayer, abordé el tema de la estancia de la candidata del pomposamente autobautizado Frente Amplio por México (FAM) también conocida como Lady X, de manera totalmente despolitizada y hasta donde pude, objetiva.

Dije, porque así me lo pareció, que su visita a la capital sonorense fue exitosa, tuvo buenas audiencias en los foros en los que se presentó, fue recibida por un nutrido y jubiloso grupo de simpatizantes y sus discursos fueron mesurados y a tono con el ambiente que se vivió.

Eso fue lo que me pareció y eso fue lo que escribí, pero en ningún momento mis comentarios fueron en el sentido de apoyarla como candidata ni llenarla de elogios como tal. Por ello, quiero, en los momentos en que ella inicia virtualmente su campaña por la presidencia de la República, fijar mi posición al respecto.

La señora, como persona, en varias ocasiones me ha generado simpatía (cuando no abusa del protagonismo y la vulgaridad), pero que me sea empática no me lleva a considerarla merecedora de ocupar la primera magistratura de México por dos razones:

La primera, es porque un movimiento de transformación profunda de la vida institucional, política, social y económica del país como la que se inició en el presente sexenio, requiere consolidarse en dos o cuando menos en un período más de gobierno. Este es un tema que analizaré en una próxima entrega.

Y la segunda razón es porque Lady X no tiene experiencia para gobernar un país con las complejidades que atraviesa México y en medio de las turbulencias geoopolíticas y económicas del planeta. Su única experiencia de gobierno la tuvo como alcaldesa emergida de Acción Nacional en una delegación de la CDMX; y más allá de si hubo o no corrupción, el haberla perdido su partido en el siguiente período de gobierno no es un referente de que haya hecho una buena administración.

Xóchitl Gálvez no tiene un equipo de colaboradores cercanos que pudieran acompañarla en la que sería la más trascendental e importante responsabilidad de su existencia. La inmensa mayoría de sus más cercanos colaboradores les serían impuestos por Claudio X González Guajardo y los tres rufianes que dirigen los agónicos partidos que en alguna malhadada ocasión gobernaron.

Basta ver la clase de pillos con los que están conformando muchos de los cuadros que contendrán por las diputaciones y senadurías y, sobre todo, la caterva de delincuentes que llevarán al Congreso de la Unión por la vía plurinominal para darles impunidad en los próximos años. Veremos en los recintos legislativos a carne de presidio de la calaña del ex gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien supongo que por su experiencia y cercanía con el crimen organizado se hizo merecedor a ser el asesor en materia de seguridad de la candidata; muy probablemente también veremos en alguna curul o escaño del Senado a prófugos como Ricardo Anaya.

Todo ello ya se está manejando y a plena luz pública sin que la flamante candidata haya hecho el menor de los mutis, ¿cómo creer entonces que alguien pudiera hacer un buen gobierno si estará rodeada y guiada por corruptos como Alito Moreno, ineptos y descerebrados como Marko Cortés, así como vividores de la política que nunca le han aportado nada al país como Jesús Zambrano?

¿Qué clase de programa de gobierno podrá diseñar el abusivo, gandalla y neoliberal hasta el tuétano conocido como “El ángel de la dependencia”, José Ángel Gurría?, quien entre sus fechorías se encuentra el haber sido el precursor del Fobaproa y haberse auto pensionado en Nacional Financiera y el Banco de México con varios centenares de miles de pesos mensuales por haberlos dirigido unos cuantos meses.

Resumiendo, Lady X no tiene experiencia como gobernante, no cuenta con un equipo de trabajo propio y está coptada por lo peor de la clase política y económica del país.

Pero además, en estos momentos no me parece que esté preparada para ser una candidata de altura que pueda remontar la amplísima ventaja que le lleva Claudia Sheinbaum, lo cual ha demostrado ampliamente en la sarta de errores que ha cometido en las semanas que lleva en campaña.

Adicionalmente se ha presentado con una enorme cantidad de falsedades que se han venido evidenciando una por una. Empezando por sus orígenes étnicos que finalmente confesó que son por elección, así como tampoco vivió una infancia en la miseria, porque es hija y creció en el hogar de un maestro de idiomas, profesión que si no da para hacer una fortuna, tampoco los sumerge en la pobreza.

Afortunadamente parece que hizo a un lado el lenguaje de arrabal y la vulgaridad de que hizo gala en las primeras semanas y empieza a entender que al país le agradaría mucho más tener a una verdadera dama como gobernante, no una pelangocha que no sabe controlar su lengua.