Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

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Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

 

HERMOSILLO ES UN HUESO MUY DURO DE ROER

El pasado fin de semana, al concluir su informe de actividades, la diputada federal Diana Karina Barreras Samaniego fue destapada como candidata a la alcaldía de Hermosillo por el representante nacional del PT, Benjamín Robles Montoya. El anuncio fue sorpresivo, sin siquiera un “agua va”, aunque con tintes de haber sido orquestado con antelación, considerando que ella misma había manifestado previamente su intención de competir por ese cargo.

Si no fuera porque existe una posibilidad (pequeña, pero al fin posibilidad) de que personajes con peso específico respalden su candidatura, este destape me parecería una broma de mal gusto. La diputada, recientemente envuelta en un berenjenal del que aún no termina de salir, cuenta con experiencia en el servicio público y ha ocupado cargos de relativa importancia. Fue diputada local en la LXIII Legislatura del Congreso de Sonora y, en las elecciones federales de 2024, ganó por mayoría relativa el Distrito 3 de Sonora, que abarca la mitad noroccidental del municipio de Hermosillo. Su elección fue histórica, reportada como “la más votada en la historia de Hermosillo”.

Podría decirse que su trayectoria política va en ascenso, pero en lo personal no encuentro elementos suficientes para considerarla capaz de encabezar los destinos de la capital sonorense. Según diversos analistas, su principal activo político se llama Sergio Gutiérrez Luna, actual presidente de la Cámara de Diputados.

La problemática de Hermosillo es compleja y no está la ciudad para experimentos. Ya los ha habido y no salieron bien. Baste recordar cuando, en 1994, el entonces gobernador Manlio Fabio Beltrones impuso a un joven empresario sin experiencia en el servicio público, de nombre Gastón González Guerra, cuyo mayor logro fue instalar un reloj millonario frente al Gimnasio del Estado.

Hermosillo enfrenta graves problemas estructurales: escasez de agua, drenaje colapsado, pavimento en ruinas y una criminalidad creciente. Afrontarlos y resolverlos es tarea de titanes. Para decirlo coloquialmente, se necesita una “Chucha cuerera”, y me temo que la diputada aún no entra en esa categoría.

Los hermosillenses merecemos que quienes aspiran a encabezar el cabildo cuenten con amplia experiencia en administración pública y servicios básicos. Aunque en todos los niveles de gobierno pululan los improvisados llegados por dedazo, compadrazgo o nepotismo, Hermosillo, novena ciudad más poblada del país, merece un perfil de alta competencia y probada capacidad.

Por otro lado, salvo que el PT decida ir por la libre con candidata propia, como lo hizo recientemente en Durango y Veracruz, no se ve cómo podría prosperar esta candidatura. Dudo mucho que el gobierno del estado, y en particular el gobernador —quien tiene la mirada puesta en Hermosillo y ha invertido en obras como el Mercado Municipal y La Sauceda—, vayan a ceder esa plaza.

Pero en fin, nada se pierde con intentarlo, ¿o sí? La respuesta de Morena no se hizo esperar. Ni tardos ni perezosos enviaron un comunicado con un mensaje claro: “En Morena no anticipamos procesos electorales. Contamos con muchos liderazgos sólidos, honestos y comprometidos con la transformación, listos para encarar con solvencia la contienda electoral en 2027. Momento que enfrentaremos con unidad, organización y respaldo del pueblo”. ¿Más claro? Ni el agua.

Ayer escribí sobre la importancia de no perder la esperanza, de sostenerse en pie incluso cuando las circunstancias son adversas. Hoy, sin embargo, la realidad nos golpea con una bofetada brutal: el monstruoso asesinato de una madre y sus tres pequeñas hijas en la Costa de Hermosillo ha estremecido a todo Sonora. Un crimen atroz que pone a prueba cualquier convicción sobre la luz al final del túnel. Y, sin embargo —o quizás precisamente por eso—, cobra más sentido aquello que escribí. Como dijo Kipling en su poema “Si”: “Cuando todo esté peor, más debemos insistir”. En medio de la barbarie, no queda otra que seguir sembrando aliento. Porque rendirse no es opción.

Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima