Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

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Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

 

CARRERA JUDICIAL?. NO. INFLUYENTISMO Y NEPOTISMO

El pasado lunes trabajadores del poder judicial, jueces y magistrados federales de 29 entidades del país decretaron un paro indefinido de labores en protesta por la inminente aprobación de la Reforma Judicial impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Desde el primer minuto del lunes se bloquearon los accesos a las sedes, con excepción de Jalisco, Colima y Sonora.

Entre los trabajadores del poder judicial que participan en el paro de actividades hay intendentes, oficiales, actuarios, secretarios y personal de confianza.

Aunque en realidad el motivo ulterior del paro es obvio que está encaminado a proteger y apoyar a las élites de la judicatura, quienes en realidad serían las únicas afectadas con la aprobación de la Reforma en ciernes, los paristas han esgrimido una serie de argumentos que no tienen más sustento que su propia palabra.

Sus explicaciones caen por su propio peso. Quieren asustar con el petate del muerto y señalan que de realizarse la reforma como está planteada, se vería seriamente afectada la calidad y eficiencia de los juicios en detrimento de la justicia a la población. Vaya cinismo, creo que si algo es público y notorio en México es que tenemos aparatos judiciales plagados de ineficiencia y corrupción.

Aquí en México la justicia es sólo para quienes la pueden comprar. Pero el argumento más hilarante por falaz, es que con esta ley se “pretende eliminar la carrera judicial de oficiales, actuarios y secretarios, como sistema de mérito para acceder a los cargos de juzgadores Federales”, dijo ante medios de comunicación.

¿Cómo la ven? ¿Ahora van a salirnos conque la carrera judicial existe y se puede lograr escalarla a través del organigrama jurídico por méritos y capacidad? ¡Qué cinismo! Existen a lo largo y ancho de nuestro vasto territorio miles de casos en los que las posiciones verdaderamente relevantes dentro de la judicatura, los titulares llegaron vía parentesco, compadrazgo o influyentismo.

No vayamos muy lejos. Aquí en Sonora, el actual presidente del Supremo Tribunal de Justicia (STJ) fue designado porque así se le hinchó una parte de su anatomía al gobernador Alfonso Durazo. No pretendo demeritar a Rafael Acuña Griego quien es un jurista de primer nivel y tiene capacidad sobrada para desempeñar el cargo, pero su arribo al puesto no fue por méritos y hasta donde sé, por allá a finales de los 70 fue Magistrado como dos años, y anteriormente, a principios de esa década en un par de ocasiones desempeñó cargos muy modestos en un par de juzgados.

En este caso, no se puede criticar que haya sido una mala designación, pero Rafael, a quién conozco, aprecio y considero un excelente profesional del derecho, ostenta una posición a la que llegó por la puerta trasera.

Pero no siempre ha sido así. Recordemos el tristemente célebre caso del licenciado Juan Sebastián Sotomayor Tovar, quién, para poder acceder al cargo falsificó un título profesional de licenciado en derecho y fue impuesto como presidente del STJ por Guillermo Padrés. Pero, además, el entonces gobernador no esperó resolución del Congreso y lo impuso por decreto.

¿Y qué decir de Aldo Gerardo Padilla Pestaño, presidente magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de 2015-2022, a quien La fiscalía general de Justicia del Estado detuvo por presunto enriquecimiento ilícito?

¿Carrera judicial por méritos y capacidad? ¡PAMPLINAS!!!

El poder judicial en México es el mayor reducto de nepotismo e influyentismo en México y en un descuido en todo el planeta. Enumero un par de evidencias que lo confirman:

  1. En 2022, el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) detectó más de 6,755 redes familiares dentro de los tribunales y juzgados federales. Estas redes incluían desde dos hasta 79 parientes trabajando en el mismo circuito judicial. Y que se sepa, a la fecha no se ha desarticulado ninguna de dichas redes.
  2. Un informe reciente reveló que el 51% de los jueces de distrito y magistrados de circuito tienen al menos un familiar trabajando en el Poder Judicial.

Sin duda alguna este fenómeno influye fuertemente en las decisiones judiciales y seguramente afecta la motivación de los empleados, quienes ahora salen conque a Chuchita la bolsearon y se van a un paro para evitar que la Reforma Judicial les quite opciones de desarrollo personal.

Parece un caso de Síndrome de Estocolmo.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: felicianoespriella@gmail.com