CÓMO VIO LA COMENTOCRACIA EL EVENTO DE CSP?
Considero que, guardadas las proporciones, también formo parte de lo que en la actual jerga política se le ha bautizado como “comentocracia”, por lo que iniciaré esta entrega con mis comentarios al respecto:
Me sorprendió bastante que se haya podido atraer una cantidad tan numerosa de asistentes, incluso superior a algunas de las que convocó López Obrador. Convengo que debieron de haber llevado muchos miles de acarreados, siempre lo hacen en todos los lugares del planeta quienes organizan concentraciones masivas para eventos políticos, pero una concentración de 300 mil o más acarreados como lo publicaron diversos diarios anticuatroteístas, sólo se logra con la asistencia de muchos miles de espontáneos. No existen, aun reuniendo toda la flota de autobuses de alquiler de todo el país, una cantidad que pudiera mover simultáneamente a 150 mil o más personas.
Y en cuanto la logística, el evento me pareció muy bien organizado, con un discurso bien articulado, coherente y sin muchos triunfalismos, pero, sobre todo, comparándolo con los de AMLO, mesurado y de no muy larga duración. Comento enseguida lo publicado por algunos de los “santones” del periodismo nacional:
Raymundo Riva Palacio en su columna de ayer que tituló “Los primeros 100 días: la restauración”, utilizó una retórica inflamada, con su acostumbrada falta de rigor analítico y una narrativa evidentemente más interesada en impresionar que en argumentar.
Incluye una mezcla de acusaciones pretenciosas y análisis simplistas, disfrazados de aguda crítica política. ¡Qué ingenio el de este comentócrata, que cree haber descubierto el hilo negro de la política mexicana al señalar que Claudia Sheinbaum no gobierna sola! E.sto, en cualquier sistema político funcional, no es un descubrimiento revolucionario, sino más bien un recordatorio de cómo funciona el juego del poder.
Por si fuera poco, el texto parece obsesionado con la sombra de López Obrador, como si todo en el universo político girara alrededor de su figura. ¡Qué conveniente culparlo de todo! Si algo va mal, es AMLO; si algo va bien, es “funcionalidad para el régimen”. Una crítica válida requiere más que señalar al villano de turno con dramatismo exagerado.
Pascal Beltrán del Río, director del periódico Excelsior, en su columna de ayer que tituló “Cien días en el 2º piso: la continuidad y el matiz”, asume la misma línea de Riva Palacio en el sentido de minimizar a Claudia Sheinbaum colocándola bajo la supuesta guía del político tabasqueño.
En su opinión, lo que parecía un informe presidencial terminó siendo una misa solemne en honor a López Obrador. Sheinbaum, al parecer para él, no solo ocupa la silla presidencial, sino que también se ha convertido en la pregonera oficial del culto al “mejor presidente”, según su interpretación, no fue discurso sobre sus primeros cien días, más bien, un recital interminable sobre los “gloriosos cimientos” de la Cuarta Transformación. Como si recordarnos quién puso los ladrillos nos resolviera los problemas actuales.
Ciro Gómez Leyva tampoco hizo derroche de originalidad y continuó con el nado sincronizado de incluir el nombre del expresidente en su texto como si éste todavía gobernara. En su columna de ayer comentó que lo más relevante de la ceremonia para él, no fueron los retumbantes vivas y abrazos de los vasallos del oficialismo, sino el pasmo de los opositores, su resignada capitulación ante López Obrador que se marchaba y Claudia Sheinbaum que arribaba.
Sobre ello escribió: “Dos horas los tuvieron en el salón sin molestarlos con una trompetilla o con un “¡buuu!”. Pues cien días después la oposición política luce aún más desinflada, derrotada. Para efectos decisivos no cuenta, no pinta, no existe”.
Por último, Eduardo Ruiz Healy¸ quien en sus textos es menos vehemente en las críticas hacia AMLO, la 4T y la presidenta¸ así como mejor ubicado dentro los linderos de la imparcialidad, en su columna que publica en El Economista, ayer comentó que la presidenta debe equilibrar la continuidad del legado de López Obrador con la construcción de su propia fuerza política. Aunque alinearse con AMLO asegura estabilidad y apoyo, eventualmente deberá mostrar liderazgo independiente para enfrentar desafíos como la inseguridad y la desigualdad. Considera que la transición hacia una visión propia será crucial para consolidar su papel como líder de la 4T, mantener la unidad de su coalición y garantizar el éxito de su gobierno y del proyecto transformador.
Esto son sólo algunos, hoy seguramente será mucho más abundante la proliferación de descalificaciones y críticas negativas al primer acto multitudinario de Claudia Sheinbaum, quien el domingo demostró no sólo tablas, sino un poder de convocatoria que anteriormente sólo le habíamos conocido a López Obrador.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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