Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

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Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

 

PARÁBOLA DE “LA VACA”

La incertidumbre que enfrentamos actualmente en México me hizo recordar una historia que leí hace tiempo, posiblemente ficticia, pero sumamente ilustrativa. Si no me falla la memoria, el título era “La vaca”, y la trama va más o menos así:

Un maestro sabio y su aprendiz visitaron una humilde familia que vivía en extrema pobreza, dependiendo de una vaca flaca para sobrevivir. La vaca les proporcionaba leche, que consumían y vendían, siendo su único sustento. Una noche, el maestro empujó a la vaca por un barranco, matándola. Aunque el aprendiz se horrorizó, el maestro aseguró que esto sería un regalo para la familia.

Un año después, regresaron al lugar y descubrieron que la familia ahora vivía con prosperidad. Habían sembrado la tierra, vendido productos y desarrollado nuevas habilidades tras la pérdida de la vaca. El padre explicó que, aunque al principio se sintieron desesperados, esta adversidad los obligó a buscar alternativas, llevándolos a una vida mucho mejor.

La familia salió adelante, porque cuando perdieron la vaca, al principio se desesperaron. Pero no les quedó más remedio que buscar nuevas formas de sobrevivir. Aprendieron a sembrar la tierra, vender sus productos y aprovechar otras habilidades que tenían. Y pasado un tiempo en el que seguramente sufrieron muchas penurias, pero finalmente alcanzaron niveles de bienestar mucho mejores que antes.

La parábola enseña que soltar aquello que creemos indispensable puede ser el primer paso hacia alcanzar nuestro verdadero potencial. En nuestro caso, la relación comercial con Estados Unidos es esa vaca que nos alimenta, pero que nos mantiene en una zona de confort limitada. La realidad actual nos obliga a enfrentar que tenemos todos los huevos en una sola canasta, con los riesgos que ello conlleva.

Ha llegado el momento de demostrar de qué estamos hechos. Hoy más que nunca debemos definirnos y elegir entre dos caminos: 1) Continuar en la comodidad de depender exclusivamente de un socio comercial que nos trata como subordinados, o 2) Con determinación, asumir los desafíos, dificultades y sacrificios que conllevaría diversificar nuestros mercados hacia horizontes más productivos.

Contamos con una presidenta que enfrenta esta situación con gallardía, valentía y determinación. Es nuestra responsabilidad no dejarla sola. En momentos cruciales, como los sismos de 1957, 1985 y 2017, o la expropiación petrolera de 1938, los mexicanos hemos demostrado que sabemos unirnos frente a la adversidad.

Es cierto que reducir nuestra dependencia comercial de Estados Unidos podría ocasionar quebrantos económicos y sacrificios en el corto plazo. Sin embargo, nuestro país ya ha superado crisis profundas, como las de 1976, 1982, 1994 o los años oscuros del neoliberalismo. Si enfrentamos esas adversidades en el pasado, también podemos superar esta prueba con valentía.

Es tiempo de mostrarle al mundo, y especialmente a quienes pretenden doblegarnos, que valoramos nuestra independencia y amamos a nuestro país. Trump está equivocado si cree que con amenazas nos rendiremos. La historia nos ha enseñado que podemos sacrificarnos y esforzarnos para superar cualquier adversidad.

Aunque aún existan algunos vendepatrias, la gran mayoría de los mexicanos cerraremos filas y enfrentaremos juntos lo que sea necesario. Trump, paradójicamente, está logrando algo que ningún presidente mexicano había conseguido en décadas: unificar a nuestro pueblo. ¡Los mexicanos jamás seremos derrotados!

Llegó el tiempo de que todos nuestros líderes, así como a aquellos que aspiran a conducir nuestro país, comiencen a mostrar valor, coraje y solidaridad. Eso es lo que los mexicanos queremos ver. Se llama liderazgo. Deben liderar. Estamos listos para seguirlos y apoyarlos.

Trump no sólo nos está amenazando a nosotros, también tiene en la mira a una larga lista de otras naciones e incluso a la misma Unión Europea, y apenas comienza. No tenemos por qué esperar con miedo el próximo golpe de Donald Trump. Hay que empezar a actuar.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: felicianoespriella@gmail.com