TOMADO DE PROCESO.COM.MX
Por Mathieu Tourliere
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Señalado en informes de inteligencia militar como líder de un grupo delictivo vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Hernán Bermúdez Requena renunció hoy a su cargo como secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco a consecuencia de la violencia registrada en la entidad en las semanas recientes, marcada por balaceras, incendios y ataques a comercios en Villahermosa.
Bermúdez, nombrado al frente de la seguridad de Tabasco por el entonces gobernador Adán Augusto López Hernández, había permanecido durante más de un año en su cargo a pesar de la revelación, en Proceso y otros medios, de decenas documentos confidenciales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que lo identificaban como cabecera de un grupo criminal dedicado al tráfico de migrantes y al robo de hidrocarburos.
Estos documentos, elaborados por el Centro Regional de Fusión de Inteligencia (Cerfi) Sureste –instancia integrada por agentes de la Sedena, el CNI, la Secretaría de Marina (Semar), la Guardia Nacional (GN) y la Fiscalía General de la República (FGR)–, formaban parte de los millones de archivos internos de la Sedena hackeados por el colectivo Guacamaya y entregados a periodistas y académicos.
El 5 de octubre de 2022, Proceso, Aristegui Noticias, Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) revelaron, con base en estos informes, que López Hernández había entregado la seguridad de Tabasco a hombres identificados por la Sedena como líderes de grupos de la delincuencia organizada en Tabasco: Hernán Bermúdez Requena y su particular, Carlos Tomás Díaz Rodríguez, así como José del Carmen Castillo Ramírez y Leonardo Arturo Leyva Ávalo, que fueron nombrados respectivamente Comisionado y Director General de la Policía Estatal.
Después de varios días de silencio, el presidente Andrés Manuel López Obrador y Adán Augusto López Hernández, entonces secretario de Gobernación, se lanzaron contra los medios que revelaron la existencia de los informes –al menos 16– que mencionan a Bermúdez como cabeza de la estructura criminal: el mandatario acusó una campaña en su contra, y el exgobernador tachó los reportes de inteligencia de “fantasías” y “chismes” en “las dizque filtraciones”.
Con ello, ambos políticos dieron carpetazo al asunto. Meses más tarde Adán Augusto López Hernández lanzó su precampaña para obtener la candidatura de Morena a las elecciones presidenciales de 2024, pero obtuvo un vergonzante cuarto lugar en la encuesta que llevó a cabo el partido.
Carlos Manuel Merino Campos, quien asumió la gubernatura de Tabasco en sustitución de López Hernández, mantuvo a Bermúdez en su cargo, hasta que el pasado 22 de diciembre estalló la violencia en Villahermosa, la capital del estado: en la noche de ese día ocurrieron balaceras y quema de decenas de vehículos en las calles, y a la par sucedieron motines en dos penales, en uno de los cuales se reportó una persona asesinada.
Versiones de la prensa asociaron el brote de violencia a un atentado dirigido contra Bermúdez. El gobierno de Tabasco las negó con vehemencia, pero dio una explicación poco convincente, pues la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) –a cargo de Bermúdez– aseveró que se trató de un “incidente entre dos particulares que se salió de control”. “El Secretario se encuentra en buen estado de salud. Se pide a los ciudadanos y las ciudadanas no difundir rumores”, exigió la dependencia.
Pero ayer, apenas 13 días después de los ataques, se desató una segunda ola de violencia en la capital del estado: de manera simultánea, comandos armados asaltaron por lo menos 24 comercios y se llevaron dinero de las cajas registradoras. En respuesta, el gobierno federal anunció el envío de 2 mil 500 soldados de la Guardia Nacional al estado; acto seguido, Bermúdez anunció su renuncia.
De acuerdo con una revisión efectuada por Proceso en los archivos de Guacamaya, el primero informe del Cerfi que menciona a Bermúdez remonta a noviembre de 2019 –un mes antes de que Adán Augusto López Hernández lo nombrara titular de la SSPC–, cuando los agentes de inteligencia lo vincularon con Trinidad Alberto De la Cruz Miranda, “El Pelón de Playas”, líder de un grupo delictivo en citado municipio”. En ese entonces, Bermúdez era director de la policía de investigación de Tabasco.
Posteriormente, los informes de inteligencia identificaron a Bermúdez como padrino de Benjamín Mollinedo Montiel, apodado como “Pantera” y jefe de una célula del CJNG conocida como “La Barredora”. Otro informe militar indicaba que Mollinedo mandó asesinar al exjefe de plaza del CJNG el 4 de diciembre de 2020 “con apoyo de oficiales por órdenes del Gobernador (quizá se refieran a Adán Augusto López Hernández, gobernador de Tabasco”.
Un informe señaló que Bermúdez “autorizó que ‘Pantera’ tomara el control de Huimanguillo y parte de Cárdenas, Tabasco”. El 25 de febrero de 2021, el Cerfise mandó una tarjeta, en la cual informó sobre “la posible cooptación y corrupción de autoridades de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco, por la presunta negociación para la liberación de integrantes de la delincuencia organizada”, pues le indicó que el “Comandante ‘H’ –un apodo atribuido a Bermúdez– había pedido 500 mil pesos a cambio de liberar al cuñado de un líder criminal de la zona.
En octubre de 2021, el Cerfise elaboró un nuevo informe sobre una estructura del CJNG en Tabasco encabezada por un hombre identificado como “Juan” o “JJ” y por Euler Ruvalcaba Colorado, “Rayo”, en cuya estructura Bermúdez aparecía en el “primer nivel”.