Por Mathieu Tourliere
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Como era previsible, el bloque mayoritario de magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tumbó los proyectos de resolución de los dos magistrados disidentes que planteaba anular y repetir las elecciones de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) del pasado 1º de junio debido al reparto masivo de “acordeones” que influyeron en el voto; con ello, el grupo encabezado por la magistrada Mónica Aralí Soto Fregoso validó los resultados de la elección.
“El tribunal no tiene una varita mágica para tirar, con una sentencia que no tiene una prueba válida o dos, el Estado de Derecho que hoy impera en México”, aseveró Soto durante su exposición de más de una hora, en la cual concluyó que “no existió, o no está demostrada, si es que existió, esta sistematicidad en el diseño, coordinación y distribución de estos acordeones”.
Momentos más tarde, Soto aseveró que “no es buscar cómo hacemos para eliminar la decisión ciudadana a través de una sentencia en donde no hay pruebas, no hay pruebas fehacientes para demostrar irregularidades (…) las pruebas indiciarias no tienen sustento para desacreditar la elección que se llevó a cabo de la primera corte mexicana que ha sido electa por voto popular”.
Si bien era seguro que Soto y los “Felipes”, los otros dos magistrados identificados con el oficialismo –Felipe Fuentes Barrera y Felipe De La Mata Pizaña– desecharían los proyectos de resolución de los magistrados Reyes Rodríguez Mondragón y Janine Otálora Malassis, quedaba la incógnita de cómo desacreditarían las evidencias materiales y estadísticas que muestran la correlación entre las candidaturas promovidas en los acordeones y los nueve ganadores de la elección a la SCJN.
“Me niego a aceptar, me parece absolutamente antijurídico resolver, con estadísticas, la validez o nulidad de una elección”, insistió Mónica Soto, quien se lanzó contra Rodríguez: “El problema es que usted quiere anular una elección sin pruebas (…) con puras conjeturas y sumando retazos de aquí y allá”.
“Ya le he dado muchas pruebas. Si usted no las quiere ver es su decisión, magistrada”, le reviró el aludido.
“Espero que no haya llegado a votar usted con ese acordeón”
Durante la maratónica sesión de hoy, Soto, Fuentes y De La Mata destrozaron los proyectos de sus colegas, minimizando las evidencias aportadas por los denunciantes, y retomados en las argumentaciones de los magistrados.
La presidenta del TEPJF sostuvo que los expedientes tienen “cero validez probatoria necesaria para anular una elección”, aunque reconoció que “obviamente está acreditada la existencia de acordeones”.
“Estimo que tenemos suficientes indicios para acreditar la existencia de los acordeones y su impacto en los resultados de las elecciones me parece que son bastante obvios. ¿Quién los hizo? Es lo que tiene que investigar el Instituto Nacional Electoral (INE), y lo está investigando”, le reviró Otálora.
La tensión en la Sala Superior estalló en una interacción entre Soto y Rodríguez, cuando la presidenta del tribunal pidió al magistrado uno de los 3 mil “acordeones” que trajo a la sesión. Rodríguez le hizo llegar tres ejemplares del acordeón que más se distribuyó, y que resultó “el ganador”, es decir, tenía los 9 candidatos que obtuvieron el mayor número de votos.
“Espero que no haya llegado a votar usted con ése”, soltó Rodríguez en tono burlón, lo que desató carcajadas en la sala y provocó la cólera de Soto. “Magistrado, con esta actitud no vamos a dialogar, porque no es jurídico su posicionamiento; y le pido respeto al pleno y a su presidenta”, le reviró la presidenta, visiblemente muy molesta.
“No quiero decir que yo dude de la veracidad de los documentos. Solamente sé que ahí están, pero no me consta que esos documentos se hayan utilizado antes o durante la jornada electoral, y que además hayan influido”, dijo Soto, quien abundó: “un indicio es como decir que, mil veces repetida, una mentira se va a convertir en verdad”.
Momentos después, Soto incluso puso en duda la veracidad de los acordeones que Rodríguez llevó a la sesión, pues aseveró que se veían “recién imprimidos”.
En largas exposiciones, los magistrados mayoritarios sostuvieron que “no basta la estadística, se exige la verdad jurídica” para anular la elección; pusieron en duda incluso la existencia y distribución “sistemática” de los acordeones; e insistieron en que los proyectos no contienen pruebas que acrediten la existencia de una operación orquestada –ni de quien la orquestó–, sino una “suma de las sospechas y las conjeturas”.
En su proyecto de resolución, el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón consideraba que el reparto masivo de “acordeones”, que indicaban para qué candidatos votar, reflejó una “estrategia ilícita, coordinada, sistemática y generalizada” que constituyó “propaganda electoral prohibida”, financiada de manera ilegal –sin importar su origen–, que fue “determinante para los resultados electorales”, pues el 70% de los acordeones coincidió con los nueve candidatos ganadores, que solo pudieron hacer campañas limitadas.
El proyecto de Janine Otálora, distinto al de Rodríguez, también determinó que la distribución masiva de acordeones, sumada a resultados que no tienen explicación estadística –con una prominencia exagerada de votos por los mismos nueve candidatos promovidos en acordeones–, son suficientes para determinar que hubo “una violación a uno de los elementos esenciales en una elección democrática, que es el derecho a un voto libre e informado”.
Otálora recordó los hechos: “Durante el periodo de campaña, veda y jornada electoral existieron guías y acordeones con los números que correspondían a determinadas candidaturas. La distribución de guías se llevó a cabo cuando menos en días previos a la jornada comicial e incluso el mismo día. Si bien las guías no contenían los mismos números de candidaturas, sí apareció una dominante que apareció en 26 estados de la República, y estas combinaciones corresponden a las candidaturas ganadoras (…) las guías incluyeron, en su mayoría, candidaturas postuladas por el poder ejecutivo, dos del poder legislativo y tres personas en funciones”.
“Las elecciones no tienen sentido si no son equitativas y si el voto no es libre e informado”, recordó la expresidenta del TEPJF, y agregó: “la manipulación electoral implica necesariamente una actitud intencionada en contra de la integridad electoral. Es una actitud que genera, además, pérdida de confianza en la democracia y en sus instituciones. A partir de las irregularidades que quedan acreditadas en el desarrollo de este proceso electoral, es necesario que el legislador evalúe la reforma a la que fue sujeto el poder judicial”.
Las conclusiones de Rodríguez y Otálora coinciden con el informe preliminar de la Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el cual señaló que los ganadores de las elecciones a la SCJN fueron los candidatos promovidos a través de los acordeones, y resaltó que los nueve ministros están cercanos a la Presidencia de la República.
Sin embargo, invalidar la elección de la SCJN y repetir los comicios, como proponían Otálora y Rodríguez, habría desatado una crisis política mayúscula en el gobierno de la llamada Cuarta Transformación y para la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que han negado las irregularidades en las elecciones y sostenido que las mismas convirtieron a México en el país “más democrático del mundo”.
A lo largo del proceso electoral, el bloque conformado por Soto, Fuentes y De La Mata desechó todas las impugnaciones susceptibles de obstaculizar el desarrollo de las elecciones, incluyendo unas que señalaban errores evidentes en la asignación de cargos por tómbola. Y hoy, los tres salieron a negar las acusaciones sobre irregularidades, con tal de no anular los comicios.
“La supuesta determinencia atribuida a los acordeones es, en el mejor de los casos, una especulación; no se puede anular una elección con sospechas”, aseveró Fuentes, quien tachó a los proyectos de los disidentes como una “acumulación de inferencias” sin pruebas contundentes sobre una operación electoral.
Felipe de la Mata, por su parte, tachó los proyectos de “posición sesgada” y de un “posicionamiento ideológico”. También defendió el uso de acordeones, pues recordó que el INE autorizó a los ciudadanos a traerlos en los centros de votación el 1º de junio, y rechazó el carácter “generalizado” del reparto de acordeones –llegó incluso a dudar de la existencia de muchos de ellos–, y sostuvo que el INE solo comprobó el uso de ellos en 13 casillas.
“Lo que sería un vicio sería no ver la realidad”, se defendió Rodríguez, quien insistió en que la mera existencia de los acordeones estaba prohibida. “No importa acreditar quien los hizo, no necesitamos acreditar quien los hizo. Es ilegal, no importa quien los haya hecho, el gobierno, partidos de cualquier afiliación, no importa la adscripción partidista, las iglesias; lo pudieron haber hecho extraterrestres, no importa quién los hizo: su existencia es ilícita y su distribución es ilícita”.
TOMADO DE PROCESO.COM.MX