Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

HomeColumnas de Opinión

Olor a Dinero/Feliciano J. Espriella

 

LLEGÓ EL BUEN FIN…Y LOS RIESGOS

El Buen Fin arrancó ayer y, junto con las promociones legítimas, también comenzaron los abusos, fraudes y compras impulsivas. Este es un llamado a la mesura.

Desde ayer inició oficialmente el programa anual del comercio conocido como El Buen Fin, esa semana de promociones inspirada en el “Black Friday” estadounidense y que desde 2011 se convirtió en una de las temporadas de mayor movimiento económico en México. En sus primeras ediciones, el programa fue presentado como una fórmula de reactivación del consumo interno tras la crisis global de 2008. Y en buena medida lo logró: permitió a miles de familias acceder a bienes que normalmente estaban fuera de su presupuesto y dio un respiro a negocios que aprovechaban el impulso de fin de año.

No todo es negativo, ni conviene mirar este periodo con una visión catastrofista. Hay beneficios reales. Para muchas personas, El Buen Fin sigue siendo la oportunidad para comprar ese refrigerador que lleva meses fallando, o renovar una computadora indispensable para el trabajo o los estudios. En un entorno económico donde cada peso cuenta, encontrar precios competitivos es un alivio para los hogares. También es cierto que existen comerciantes serios, responsables y cumplidos, que hacen del programa una auténtica temporada de ofertas.

Sin embargo —y aquí está el punto central de esta columna— El Buen Fin no solo abre la puerta a compras inteligentes, sino también a un terreno fértil para los abusos, fraudes y excesos financieros. Cada año se repite el mismo patrón: negocios que inflan precios días antes, productos descontinuados o defectuosos colocados como “gran promoción”, artículos que resultan ser mulas o refacciones viejas disfrazadas de novedades. Es una temporada donde la truhanería comercial alcanza niveles olímpicos.

Y ese es solo el frente físico. En el terreno digital, el riesgo se multiplicó. Las compras en línea, que deberían facilitar la vida, también se han convertido en el ecosistema perfecto para fraudes que crecen en número y sofisticación. Sitios clonados, ofertas demasiado buenas para ser verdad, productos que nunca llegan, o peor: robo de datos personales y financieros que derivan en cargos no reconocidos semanas después. Las autoridades han documentado cómo, durante El Buen Fin, los intentos de estafa aumentan de forma notable.

Por eso, y sin regateos, es necesario decirlo con claridad: hoy más que nunca, la mejor oferta es la mesura. Comprar solo porque está barato no es comprar bien. Pagar a meses sin intereses tampoco es un regalo: es un compromiso que puede mermar la liquidez de enero, ese mes despiadado donde regresan los gastos de lo cotidiano, los servicios, las colegiaturas y los compromisos olvidados del año previo.

Conviene recordar dos principios básicos que parecen obvios, pero que durante el frenesí del Buen Fin suelen perderse de vista:

  1. Comprar más barato no significa ahorrar.
    Ahorrar es gastar menos o no gastar. Si compras algo que no necesitabas, aunque esté a mitad de precio, no estás ahorrando: estás consumiendo. Y quizá innecesariamente.
  2. Los meses sin intereses no representan un regalo, sino un compromiso.
    Es un acuerdo financiero que te amarra durante meses y que reduce tu capacidad de maniobra. Quien acumula demasiados pagos mensuales termina hipotecando su ingreso futuro por decisiones impulsivas del presente.

La recomendación es simple pero poderosa: haga su lista, revise prioridades, investigue precios reales y evite comprar en la primera tienda que se cruce. Busque reseñas, desconfíe de lo que parezca “demasiado bueno para ser verdad”, y ante cualquier duda, absténgase. El mejor consumidor es el que compra con información, no con emoción.

Desde aquí, deseo éxito a los comerciantes honestos, aquellos que sí respetan al cliente y cumplen con lo que anuncian. Y felicito por adelantado a los consumidores prudentes, los que utilizan las promociones con tino, cabeza fría y sentido común. Para ellos, El Buen Fin sí puede ser un buen comienzo.

Me despido con un comercial: sintonicen a las 6:10 AM, “La Caliente” 90.7 FM., el colega y amigo José Ángel Partida me abre un espacio en su noticiero en el que comentaremos con más detalle esta columna. ¡No se lo pierdan!

Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima.