EL ZANCUDO
Por Arturo Soto Munguía
He seguido con atención las incipientes, dudosas, precipitadas y convenencieras listas que se han filtrado a los medios con varios nombres de quienes aspiran a pasar el primer filtro para obtener una candidatura a cualquier cargo de elección popular de los que estarán en disputa el ya muy próximo año entrante.
De entrada, llama la atención lo que parece un contrasentido: en estos días cuando a nuestra bienamada clase política no se le cae de la boca la ‘ciudadanización de la vida pública’, la mayoría de quienes aparecen en esas listas son personas que, sin dejar de ser ciudadanos con todos sus derechos a salvo, pasan a formar parte, habida cuenta sus militancias, de ese 1 por ciento de la población mexicana que milita en partidos políticos.
Lo militante, ciertamente no excluye a lo ciudadano y allí es donde aparece la coartada perfecta para postular a cualquier candidatura a alguien que tenga diez o cincuenta años ‘chapulineando’ en la nómina gubernamental desde una regiduría hasta una diputación local; de la local a la federal, de la federal al senado, del senado a la gubernatura o a la presidencia de la República y así hasta el infinito goce de la representación popular que se mueve en el agridulce del escupitajo que bien se compensa con los privilegios.
El 98 por ciento de las 500 personas que hoy ocupan una curul en el Congreso federal han manifestado su intención de buscar reelegirse. Por sus militancias, trayectorias, ‘expertises’ o vaya usted a saber qué cualidades, estos señores y señoras llevan ventaja frente a cualquier otro ciudadano hipotéticamente interesado en participar como candidato a un cargo de elección por la vía de algún partido político, porque como ‘independiente’ el camino está sembrado de abrojos.
Y quizás en este embrollo es donde residen algunas claves para explicar los niveles de abstencionismo en México, donde la gente no vota porque hay personajes que desconoce y no le despiertan ningún entusiasmo, o lo que resulta peor: no vota porque a los personajes en la contienda sí los conoce y lo menos que les provocan es repulsión.
O sea, no votan por alguien porque no lo conocen, y no votan por alguien porque sí lo conocen.
Vaya cosa en este México lindo y qué-herido donde los partidos han encontrado la fórmula para la sobrevivencia o la permanencia en el poder apelando a sus clientelas electorales por la vía del adoctrinamiento, la subvención o el revanchismo, categorías en las que no entra más de la mitad de la población con credencial de INE en mano.
El gran reto de los partidos políticos hoy no es vencer a los adversarios que aparecen en las boletas, sino sacar del marasmo a esa descomunal masa de personas que olímpicamente desprecian su cita con las urnas y que generalmente es más de la mitad de la población.
Nomás como dato: no fue la elección de 2018 con López Obrador la que concitó mayor porcentaje de votación, ni la de Vicente Fox en 2000, sino la de Ernesto Zedillo en 1994. Hay, desde luego, muchas lecturas e interpretaciones sobre esto, pero el hecho cierto es que así fue.
Ya estamos de nuevo en vísperas del relevo presidencial y creo, salvo su mejor y más confiable punto de vista, que los partidos políticos siguen trabajando para sus clientelas, volátiles pero limitadas, dejando fuera a más de la mitad de los electores que no votan por unos porque no los conocen, y tampoco por otros porque, desgraciadamente, los conocen.
Qué cosas…
II
En una de las vertientes del Plan Sonora de Energía Sostenible, la de generación fotovoltaica, existe un apartado que no suele ocupar los grandes titulares de prensa ni presumir multimillonarias inversiones, pero que representa un acto de solidaridad y de justicia social para los habitantes de comunidades lejanas a la capital del estado.
Se trata de un programa de instalación de plantas generadoras de energía eléctrica a partir de celdas solares, que incorporarán su producción a la de la CFE traduciéndose esto en una significativa baja en los cobros de la paraestatal, aligerando la carga de los mimos al bolsillo ciudadano.
El programa contempla la instalación de estas plantas en 40 municipios incluyendo todos los de la sierra sonorense, de acuerdo al compromiso hecho por el gobernador Alfonso Durazo en la inauguración de la primera de ellas que, adivinó usted, se puso en marcha en Bavispe, la patria chica del mandatario.
Esta planta cuenta con 840 paneles solares, siete inversores y siete mesas de montaje y tendrá una producción anual estimada de 950 megawatts, igual que la de Huachinera, también inaugurada ayer, pero esta con 908 paneles, seis inversores y cinco mesas de montaje. Ambas van a contribuir a abaratar los costos del consumo de energía eléctrica en las 782 viviendas asentadas en ambos municipios.
Hay que reconocer que la mirada del gobernador está puesta en aquella región, a donde vuelve con frecuencia. Hace poco nos tocó acompañarlo en la entrega de una obra de irrigación para el distrito de riego de Bavispe que costó 12 millones de pesos; también se remodeló el templo de San Miguel Arcángel, se entregaron becas y ayer inauguraron una sucursal del Banco del Bienestar.
Por cierto, el gobernador volverá por aquellas tierras mañana martes. Ofrecerá su conferencia mañanera desde Cananea, encabezará un evento de entrega de becas y otro de la Comisión de Vivienda. Ya les estaremos reportando en tiempo real desde la Cuna de la Revolución.
III
No es sorpresa pero ya la salió sayo a la intención reeleccionista del alcalde de Huatabampo, Jesús Flores, y no se trata de cualquier sayo, sino de uno que no ha dejado de trabajar desde 2021, cuando se quedó con la carabina al hombro, desplazado por negociaciones cupulares que lo dejaron fuera de la candidatura.
Hablamos de Alberto Vázquez Valencia, un político joven pero con experiencia, que por cierto fue llamado por el gobernador para coordinar en el estado el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, lo que le ha permitido recorrer el estado y particularmente la región del Mayo estableciendo contacto no solo con los jóvenes, sino con empresarios para convencerlos de las ventajas de reclutar este ‘capital semilla’ incorporándolos a sus actividades productivas.
De hecho, hasta hoy han vinculado al programa a aproximadamente 7 mil jóvenes que son reclutados por las empresas recibiendo un salario de 6 mil 310 pesos mensuales y su afiliación al IMSS.
El viernes pasado sostuvimos una conversación con Beto Vázquez y se mostraba muy entusiasmado por los buenos resultados del programa que ya cuenta con varios casos de éxito: jóvenes hombres y mujeres que ingresaron a diferentes empresas para iniciar su capacitación y a la fecha ya escalaron en el organigrama y se incorporaron a la planta laboral en buenos cargos.
El Beto no es un improvisado. Proviene de una familia que ha participado de la actividad política en Huatabampo desde hace muchos años; es hermano del secretario del Trabajo en el gobierno estatal, Francisco Vázquez Valencia, un hombre muy cercano al gobernador Durazo y que también trae una agenda sobrecargada de la que pronto les daremos detalles.
Beto Vázquez ya levantó la mano para participar en la encuesta que decidirá al candidato a la alcaldía, y tan seguro está de su triunfo que presentará su renuncia al cargo que hoy ocupa, en diciembre próximo. No lo pierdan de vista. Va por el PT.
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