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Entretelones/Samuel Valenzuela

 

FALLAS

Un sujeto apellidado Chaparro tiró un anzuelo y convirtió en inédita, histórica y fantástica la estancia del gobernador Alfonso Durazo en territorio gabacho, en donde junto a la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs se celebraron los 66 años de la Comisión Sonora–Estados Unidos, Arizona–México.

De origen le dimos su exacta dimensión al infundio, pero una noticia falsa que ni caso tiene resumir y la mordedera de anzuelos, así como la inexplicable demora para dejarla sin efecto, dio mayor relevancia mediática a ese encuentro anual entre autoridades, representación empresarial y de organizaciones civiles de ambos Estados integrados a la llamada megarregión Sonora-Arizona

“Celebrando nuestro legado. Definiendo nuestro futuro”, fue el lema de la edición 66 de esos encuentros y escaparate anual que por lo regular marca diferencias sustantivas respecto a la relación bilateral entre México y Estados Unidos y más en estas fechas cuando se viven tiempos de crispación, de rispidez histórica y confrontación, hasta ahora retórica, entre Palacio Nacional y la Casa Blanca.

En dicho contexto conflictivo, los acuerdos de las mesas de trabajo sobre los diversos temas de interés común, los posicionamientos de ambos mandatarios, el voluntarismo colaborativo y la evidente buena vecindad, hacen la diferencia respecto a las realidades de orden federal donde la confrontación, las diferencias y acusaciones mutuas son la constante en el tema migratorio y el narcotráfico.

Tal como ocurre todos los años, los comités de educación, energía, infraestructura y transporte, bienes raíces, turismo, agronegocios, desarrollo económico, gestión de emergencias, salud, agua y medio ambiente, definieron estrategias para reforzar la Megarregión “como un ejemplo de cooperación internacional en beneficio de ambas comunidades”.

Ahora, el principal reto en ambos lados de la frontera, será aterrizar en el terreno de los hechos esos acuerdos, ya que por lo regular todo queda en buenas intenciones y como buen material para darle vuelo mediático en lo inmediato para luego guardar todo en el baúl de los recuerdos y esta aseveración no la hacemos de oídas.

Por cierto, y para evitar que ello ocurra, ahí está la jefa de la Oficina del Ejecutivo, Paulina Ocaña Encinas y su equipo encargado de que las cosas sucedan tal como lo ordena y encarga el meramente, y vaya que la joven y experimentada funcionaria lució en ese encuentro, destacando además la presencia de todo el gabinete por ella coordinado.

Frente al ambiente poco amable en las relaciones de las instancias federales de ambos países, excelente que como parte de la agenda de la 66 plenaria, el gobernador Alfonso Durazo Montaño y la gobernadora entregaran el reconocimiento Tony Certósimo Award al ex embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, por su contribución al diálogo, la cooperación y el fortalecimiento de las buenas relaciones entre ambos países.

En fin, lo ocurrido en las mesas de trabajo y los acuerdos, superaron con creces en importancia al simple hecho de que el gobernador Durazo está fuera de la hipótesis planteada por un irresponsable, quien como sea, dejó frustrados a quienes festinaron con el anzuelo enganchado, preocuparon a empáticos con el de Bavispe pero que también lo mordieron y generaron un “se los dije” entre quienes no le dimos importancia al mayor ridículo mediático de lo que va del año.

Error de cálculo, falla en la estrategia de quienes operan en contra del gobernador de Sonora, vaya Usted a saber, en un contexto nacional en donde dichas fallas abundan al enfrentar la recia embestida del régimen trumpista en contra del gobierno de México.