+ Hay problemas en el campo regional; estalla protesta de trabajadores; recuperarán el movimiento de carga; presentan al nuevo titular de Asipona; “chipilean” con mucha obra a Hermosillo; se impone con resultado histórico la planilla de Felipe Márquez en San José
EMPALME, Son. – El campo agrícola Santa Inés y su empaque es un enclave hortícola en el ejido Santa María que entró en una espiral convertida en escándalo, más que –eso esperemos— jugarreta de patrones y capataces.
El “semanario” del viernes no llegó y preocupó a los jornaleros, que viven al día y deben enviar recursos a sus familias del sur del país, de donde llegan a trabajar en lo que nadie de aquí quiere.
Pero fue enésima vez, por eso se llegó más allá de la simple preocupación. Reaccionaron, las autoridades les pidieron calma y ayudaron a negociar su paga, establecida en un contrato que añade alojamiento digno y servicio médico.
Digo autoridades, pero en realidad eran policías y marinos armados, no Secretaría del Trabajo, no instancias de derechos humanos o dirigentes sindicales. Fea exhibida de sus titulares.
Son malos ejemplos. Envían pésimo mensaje hacia el exterior. Les pagaron, –no confirman si conforme a la ley—, pero existe el tufo de la represalia: los despidieron pese a existir un contrato con vencimiento hasta abril. Era la noche de ese día difícil cuando unos 150 trabajadores partieron a Puebla en autobuses de un contratista.
El campo empalmense es atractivo para empresarios hermosillenses, de donde vienen varios interesados en aprovechar suelos y condiciones climáticas excepcionales. Es el caso de esta empresa, pero enfrenta obstáculos financieros fuertes. Más que el resto de los productores regionales, quienes en la última década enfrentaron la baja cotización del dólar y alzas de 200% en jornales e insumos.
No tuvieron buen inicio de ciclo. Se habla, como dicen los campiranos, de una industria “muy atorada”, con costos altos y quien no previó y no ajustó estos contratiempos, está en problemas.
Pero los trabajadores no tienen la culpa. En el pasado se criticó la explotación de jornaleros con baja paga y malas condiciones de vida en algunos campos y se supone que eso ya no existe. Todos batallan y más de uno prefirió descansar este ciclo, en espera de mayor certidumbre. Es difícil salir de un hoyo cuando no se ven las cosas bien en el futuro.
El antecedente de Santa Inés sugiere dificultades constantes, como el incendio intencional hace 3 años en galeras y comedor, nunca aclarado; la violencia meses después, con un guardia asesinado en el acceso; después, ya la Guardia Nacional estaba aquí y enfrentó a un grupo armado abatiendo a 2 presuntos delincuentes, a costo de 3 elementos heridos. Y hubo otro choque con víctimas mortales. Tempos aciagos que parecen superados.
Lo no superado es el problema financiero y por eso estallaron los jornaleros. Toca a la autoridad despejar dudas sobre el trato laboral, si es funcional el sindicato que los “protege” y si se cumplen garantías para realizar sus tareas, sobre todo en este gobierno donde la justicia social es prioridad.
A RECUPERAR MOVIMIENTO PORTUARIO
Cuando José Luis Iberri, guaymense él, fue director de Administración Portuaria Integral, proyectó 8 millones de toneladas anuales de carga a partir de 2025.
Se quedó corto en su apreciación. Llegó el coahuilense distinguido José Luis Castro Ibarra a dirigir la concesionaria del movimiento comercial portuario de altura –entre 2006 y 2013–, y alcanzó la meta en su último año, con 8.2 millones de toneladas, 12 años antes del pronóstico.
El viernes me confirmaron que la Administradora del Sistema Portuario Nacional (Asipona), como hoy la llaman, operó carga en 2024 por 5 millones 250 mil toneladas.
Si el puerto tiene capacidad para 12 millones, para qué crecer si no sostienen el volumen de 2013. Es que, dirían en ese ambiente, “un puerto no es una tienda de chicles”. En aquella época fue obligado ganar terreno al mar para ampliar el recinto y atender el arribo de inversiones. Pero se fue el ingeniero Castro y, al arribar un político duranguense al cargo, los números se precipitaron.
En 2022 llegó el contralmirante Rogelio Bello Aguilar e inició la recuperación. Anunció obras por 3,400 millones de pesos para infraestructura y promover más participación en los mercados mundiales.
Bello Aguilar se despidió de los guaymenses con muy buenos números y magnífica imagen en la sociedad local y, el viernes, se presentó como nuevo titular otro oficial naval –también en proceso de retiro–, el capitán Ernesto Gastélum López.
Es militar, pero sabe de administración y confirma por qué se amplían. Se trata de traer carga del suroeste de Estados Unidos y adentrarse en operaciones a través de Chihuahua, por eso apoyan la construcción de la carretera a esa entidad y enlazar con Texas y Nuevo México.
Ofrece desplazarán 7 millones de toneladas en 2025, abajo todavía de hace 10 años, cuando dejaron de hacerse bien las cosas por razones ya muy invocadas.
No serán resultados inmediatos, pero el nativo de Los Mochis anuncia conexión marítima con Baja California Sur en breve, así como trasladar la administración de Asipona a su nueva sede en el Centro Histórico, donde el Fonatur tenía un basurero y refugio de desposeídos.
Y para nosotros los escépticos, confirma que con enero terminarán trámites y podrán iniciar la enorme planta de licuefacción de gas en el sur del Parque Pesquero, un proyecto muy cantado, pero retrasado por la agobiante lucha contra la burocracia. La buena nueva es que, en 2026, ese monstruo de 2 mil millones de dólares podría estar operando en sus primeras etapas.
Hay más, pero el espacio es corto. Nos acercaremos al amable oficial naval y capaz funcionario para hacer las crónicas de un ambicioso futuro perseguido por la autoridad portuaria del país.
Un punto relevante: se aleja el plan de hacer participar al puerto de Amberes (Bélgica), uno de los más grandes del mundo, en la administración de esta terminal. Los señores quieren todo y, pues, la ley acepta regalar un trozo, nada más.
EL HERMOSILLO CHIPILÓN
El gobernador Alfonso Durazo presume cómo se transforma el parque La Sauceda. Lo entregará en abril con gokarts, mini golf, caja de bateo, trotapista y jardines, al invertir 200 millones de pesos en 24 hectáreas de área recreativa, foro al aire libre y juegos infantiles, para convivencia familiar de acceso gratuito. Como debieran existir en todos lados.
Recordé cuando Guillermo Padrés nos hizo la Playa Pública Miramar, pero al acusarlo de todo, se olvidó que eso lo había hecho bien, bonito, y la dejaron caer. Hoy está en el descuido y controlada por quienes se dicen vendedores ambulantes y se apropian de todo. Debieran rescatarla también.
GANÓ MÁRQUEZ EN SAN JOSE
Felipe Márquez Americano ganó la elección de este domingo en San José de Guaymas y sustituirá a Alejandro “El Pantera” Robinson, cuyo trabajo unificador permitió una asamblea ejemplar.
Hubo 114 votos, de los cuales dos se anularon y un centenar los obtuvo Márquez con su planilla integrada con 6 hombres y 6 mujeres.