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Marcelo quemó las naves y perdió el “timing”

OLOR A DINERO

Por Feliciano Espriella

“EL TIEMPO PERDIDO… hasta los santos lo lloran”, asegura un conocido refrán que he escuchado desde niño, que me parece Marcelo Ebrard Casaubón no conoce, pero pronto lo hará.

A cerca de un mes de que se dieran a conocer los resultados de la encuesta para designar la eventual candidatura de Morena por la presidencia de la República, absolutamente nadie alcanza a entender qué es lo que realmente quiere el excanciller.

Especulaciones y conjeturas han surgido por centenas. Creo que no ha habido un solo editorialista en todo el país que en estas últimas semanas no haya publicado cuando menos unas líneas al respecto.

El día de hoy, el columnista y amigo Rafael Cano Franco, en su leída columna “El juglar dela red”, aborda el tema y lo inicia con el siguiente párrafo: “Desde que abolló el proceso de selección de candidato en Morena, la figura de Marcelo Ebrard tiene altas y bajas; de pronto parece diluirse para irse desdibujando, pero luego vuelve a tomar fuerza y no solamente revive en sus aspiraciones, sino que surgen nuevos argumentos para considerar que todavía puede cumplir su ofrecimiento de que su nombre aparecerá en la boleta electoral por la Presidencia de la República”.

Sin embargo, el timing, término muy usual en círculos empresariales y entendido como el arte de elegir el momento perfecto para realizar una acción con la intención de lograr el máximo beneficio, a Marcelo ya se le fue.

Y es la verdad, dejó pasar el tiempo sin más acciones que su verbo y explicaciones que esgrimió desde antes aún de iniciado el proceso que perdió y que tenía perdido desde mucho tiempo antes de que iniciara.

Que había una cargada de altos funcionarios y gobernadores a favor de Claudia Sheinbaum era evidente y se dio en todo el país, como se ha dado en todos los procesos electorales a favor de quienes tienen las mayores posibilidades de obtener tal o cual candidatura. Muchas veces se dan sin que haya presiones adicionales por figuras de autoridad.

Ha venido exigiendo imposibles y él lo sabe bien. Morena no va a reponer el proceso y, en el poco pero probable caso de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en su momento fallara a su favor y ordenara la reposición y esta se llevara a cabo, perdería de nuevo y me parece que más apabullantemente. Entonces, ¿qué pensara hacer? A veces da la impresión de que ni el mismo tiene la menor idea.

Marcelo ya se metió en un callejón sin salida. Si decidiera quedarse en Morena después de todo lo que ha hecho, declarado y hasta despotricado, estaría en una posición muy débil y con poco peso para influir a favor de sus seguidores, que sí los tiene.

¿Qué debería haber hecho Marcelo Ebrard después de su estrepitosa derrota en el proceso interno de Morena? Actuar con mesura y aceptar el resultado, o bien darle rienda suelta a su frustración e irse con su amigo Dante Delgado a Movimiento Ciudadano (MC), que lo habría recibido con los brazos abiertos.

Claudia Sheinbaum lo derrotó estrepitosamente en las mediciones de preferencias electorales que realizaron cinco casas encuestadoras, incluida la suya, como lo hubiera hecho hace un año, hace seis meses y lo volvería a hacer en la actualidad. Ante ello, su única opción de llegar a la presidencia de la República y alcanzar el anhelo de toda su vida en estos momentos, sería permanecer en Morena y entrar al relevo en caso de que la candidatura de la exjefa de gobierno descarrilara, y probablemente esto ya no es opción.

¿Qué le queda? Tal vez irse a MC donde al parecer Dante Delgado todavía le tiene una liana tendida, sólo que él lo sabe, y lo sabe bien, no va a ganar la elección y nunca llegará a la presidencia.

¿Y el Frente Amplio o alianza claudista? Ya tiene a Xóchitl Gálvez y aunque ha tenido varios tropiezos, cometido cualquier cantidad de torpezas y no sube en las preferencias electorales, se ve difícil que Claudioequis y sus titiriteros la bajen. Y en el supuesto de que lo hicieran, muy pocos creen que podría ser Marcelo quien la sustituyera. Al respecto, el periodista Federico Arreola escribió la semana pasada en una de sus columnas, lo siguiente:

“Los líderes del PRI conocen a Ebrard, siempre un gandalla. Saben que invitarlo a ser candidato presidencial les llevaría a fuertes choques con este político, ya que Marcelo intentaría adueñarse del partido en el que militó muchos años y dirigió en la capital del país durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari”.