Por Enrique Sánchez
Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz 1992, recibió este miércoles su carta de naturalización, que le otorga el reconocimiento como mexicana con plenos derechos.
El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, entregó el documento oficial al que acceden los extranjeros que desean adquirir la nacionalidad mexicana, tras cumplir al menos tres requisitos: contar con una residencia legal mínima de dos años, tener conocimiento de la cultura mexicana, su historia y símbolos, y no contar con antecedentes penales, tanto a nivel federal como local.
“Durante el encuentro, el canciller reconoció la trayectoria de su lucha en defensa de los derechos humanos y de los pueblos indígenas, así como sus aportaciones a la vida académica en distintas universidades en México y el mundo”, destacó la dependencia federal.
Menchú fue una de las primeras personalidades internacionales en felicitar a Claudia Sheinbaum por su llegada a la Presidencia, luego del proceso electoral que llevó a los mexicanos a las urnas en junio del año pasado.
“Felicito a la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo por su triunfo electoral a la Presidencia de México. Su papel hoy es histórico: es la primera mujer presidenta, abriendo una nueva era para las mujeres de este país y del mundo. Enaltece el liderazgo político de las mujeres”, expresó en aquel momento.
Rigoberta Menchú nació el 9 de enero de 1959 en Chimel, municipio de San Miguel Uspantán, departamento de El Quiché, Guatemala. Su madre era curandera tradicional y su padre, Vicente Menchú, dirigente comunitario.
Ya en el exilio, se dedicó a denunciar ante la comunidad internacional la grave situación de los pueblos indígenas guatemaltecos. En agosto de 1982 se convirtió en la primera indígena guatemalteca en participar en los inicios del grupo de trabajo sobre las poblaciones indígenas en la ONU, y en 1983 publicó su libro Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia.
Desde 1983 se presenta anualmente en las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas para denunciar las arbitrariedades gubernamentales contra los indígenas y para reivindicar sus derechos humanos.
Esto la hizo acreedora al Premio Nobel de la Paz y, con el dinero obtenido, instituyó la Fundación Vicente Menchú, cuyo objetivo es apoyar proyectos de desarrollo para los indígenas de su país.
Actualmente, es embajadora de buena voluntad de la UNESCO y, junto a Nelson Mandela, miembro de honor del Comité de las Organizaciones No Gubernamentales del Reino de Bélgica.
Cuenta con el doctorado honoris causa otorgado por la Universidad de Guadalajara en 1993.
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